El bitcoin registró una subida imparable y alcanzó los US$ 103.163, un nivel que no se veía desde enero pasado, cuando llegó a su máximo histórico de US$ 108.786. El fenómeno se dio en un contexto de renovado apetito por el riesgo en los mercados globales, que impulsó tanto a las criptomonedas como a las acciones convencionales.
Con una capitalización de mercado que superó los US$ 2.058 billones, el bitcoin escaló hasta convertirse en el quinto activo más grande del mundo, por encima de Amazon, que se ubicó en US$ 2.053 billones. Solo Nvidia se mantiene por delante en ese selecto “top five” de activos, según el ranking por market cap.
La suba se explica, en buena medida, por la búsqueda de cobertura frente a la pérdida de poder adquisitivo de las monedas fiduciarias y por el creciente apetito hacia activos con liquidez global y sin intermediarios. En un entorno de tasas de interés relativamente altas, muchos inversores vuelven la mirada al bitcoin como refugio alternativo.
Los analistas advierten que la continuidad de este rally dependerá de múltiples factores, desde la entrada sostenida de capital institucional hasta el rumbo que tome la política monetaria en Estados Unidos. Sin embargo, añaden que “se trata de un activo que atrae a estados, fondos y grandes jugadores financieros, incluso en contextos de alta volatilidad”.
En paralelo, ether, el token nativo de la red ethereum, subió más de un 30 % en apenas dos días, para cotizarse en los US$ 2.411, lo que destaca un movimiento generalizado de capital hacia el mercado cripto.