El presidente
Javier Milei consideró anoche que las próximas elecciones podrían marcar “el fin del kirchnerismo” como fuerza dominante en la provincia de Buenos Aires, durante una cena de recaudación de la fundación Faro. Ahí, el mandatario acusó a los intendentes del PJ por presuntamente estar “jugando con todo el aparato”, y advirtió que “están dispuestos a hacer fraude” en la campaña bonaerense que arranca formalmente el 8 de agosto.
Para Milei, la estrategia del oficialismo bonaerense se apoya en las candidaturas testimoniales, a las que calificó como “farsa y fraude moral”. Asimismo, enfatizó que “esta elección es mucho más que un distrito, porque podría significar el techo del kirchnerismo y, para nosotros, el piso, ya que en las nacionales no habrá testimoniales y se vota con otro sistema”.
El mandatario puso el foco en el peronismo bonaerense mientras su espacio negocia posibles acuerdos con sectores del PRO. La intención libertaria es ampliar su base electoral en el Conurbano y desplazar al PJ como actor central de la política en dicho territorio, un objetivo que Milei y sus armadores consideran estratégico de cara a las legislativas nacionales de octubre.
Además de cargar contra el kirchnerismo, Milei cruzó a la oposición por “reclamar por las jubilaciones” cuando, según su análisis, dejaron los haberes en niveles de pobreza durante el último gobierno de Alberto Fernández. “Si la frase de que no se llega a fin de mes fuera cierta, la calle estaría llena de cadáveres”, lanzó en ofensiva.
En otro pasaje de su discurso, el Presidente reivindicó la “batalla cultural” como clave para sostener sus reformas y aseguró que “los procesos de convergencia suelen durar 20 o 25 años”. A la vez, subrayó que sin una disputa de ideas constante, “cualquier gobierno pierde fácilmente su rumbo y encalla en el acantilado del socialismo", ideología que le atribuye a las fuerzas opositoras sin discriminar sus raíces.