02.11.2025 / TRABAJO

“No es el momento adecuado para una reforma laboral en plena recesión”, dijo Tomada


El exministro de Trabajo de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner sostuvo que la iniciativa promovida por el gobierno libertario “no resuelve ninguno de los problemas del país” y planteó volver a un modelo industrial con control sobre la evasión.






El exministro de Trabajo de la Nación y especialista en derecho laboral, Carlos Tomada, afirmó que “de ninguna manera es el momento adecuado para tratar una reforma laboral”, al considerar que el país atraviesa una “destrucción de trabajo sin lugar a duda” en medio de una recesión económica. Según advirtió, las modificaciones impulsadas “no resuelven ninguno de los graves problemas que tiene Argentina”, sino que buscan aumentar la rentabilidad empresaria a costa de los derechos laborales.

En diálogo con Splendid AM 990, Tomada cuestionó la naturalización del concepto de “reforma laboral” y alertó que su implementación podría agravar la informalidad en un mercado donde “casi el 50% de los trabajadores son informales”. En ese sentido, denunció que lo que se pretende es “formalizar la informalidad” al legalizar condiciones laborales que antes eran consideradas fraude.

El exministro refutó los argumentos que vinculan las indemnizaciones con la falta de empleo, recordando que durante el período de doble indemnización “se duplicó la cantidad de empleo privado registrado”. Además, rechazó la idea de una “industria del juicio”, señalando que en la provincia de Buenos Aires “solo el 5% de los trabajadores hicieron algún juicio”.

Tomada sostuvo que las verdaderas causas del problema laboral están ligadas a la evasión y a la pérdida de un modelo productivo. Propuso retomar un esquema basado en la industria, aplicar “mano dura en la evasión y la elusión” y establecer un régimen de contribuciones que alivie a las microempresas. También pidió prohibir que el Estado contrate monotributistas y fomentar la negociación colectiva.

El exfuncionario concluyó recordando que la CGT “acaba de sacar una declaración en la que no va a negociar ningún tipo de reforma laboral ni aceptar una quita de derechos”, marcando así un cierre de filas sindical frente a la avanzada desreguladora del Gobierno.