19.12.2025 / POLÉMICA

Era Milei: boom de importación de ropa usada y alarma en la industria textil

El ingreso masivo de prendas de segunda mano desde Chile se disparó tras la liberalización del comercio exterior y profundizó la caída de ventas locales. La cámara del sector advirtió por el impacto productivo, laboral y ambiental de un fenómeno que ya deja cifras récord.





La importación de ropa usada registró en la Argentina un crecimiento sin precedentes durante los últimos meses, en un contexto marcado por la eliminación de la normativa que durante casi tres décadas restringió el ingreso de indumentaria de segunda mano. El nuevo escenario, impulsado por la política de apertura del gobierno de Javier Milei, generó un fuerte impacto sobre el comercio y la cadena productiva textil nacional.

Desde comienzos de 2025, el volumen del fenómeno sorprendió incluso a los propios actores del sector. En apenas cuatro meses ingresaron cerca de 200 camiones cargados con ropa usada. Solo en octubre, las importaciones alcanzaron las 1.067 toneladas y el acumulado anual llegó a 3.521 toneladas, de acuerdo con datos de la Cámara Industrial Argentina de Indumentaria. Ese volumen representó alrededor del 11% del total de prendas de vestir importadas en el período.

Las cifras encendieron alertas entre industriales y comerciantes, que señalaron el fuerte impacto en la competencia interna. Las prendas de segunda mano ingresaron al país a un precio promedio de 1,2 dólares por kilo, muy por debajo del valor de la indumentaria nueva importada, que rondó los 18,4 dólares por kilo. Para el sector, esta brecha profundizó la competencia desleal y agravó la situación de fábricas y trabajadores, en un contexto de cierres y despidos en empresas textiles.

La liberalización también dejó al descubierto un entramado logístico concentrado: cerca del 90% de la ropa usada ingresó desde Chile por transporte terrestre, y el 84% cruzó por la aduana de Jujuy con destino mayoritario al Área Metropolitana de Buenos Aires. La dinámica replicó el modelo chileno, uno de los principales importadores mundiales de ropa usada, con un antecedente ambiental crítico: en el desierto de Atacama, una parte significativa de esas prendas terminó descartada, generando focos de contaminación por fibras sintéticas y residuos químicos que ahora preocupan también a la industria y a los organismos ambientales argentinos.