La exmagistrada Julieta Makintach defendió su actuación tras ser destituida por el Jurado de Enjuiciamiento al afirmar que no fue ella quien promovió el documental grabado durante el juicio por la muerte de Diego Maradona, sino que la iniciativa surgió de una amiga suya y de su entorno, quienes, según dijo, tomaron contacto con los realizadores. "No era mío", aseguró.
Makintach explicó que el proyecto denominado Justicia Divina nació en una reunión social, cuando su amiga María Lía Vidal comentó su rol en el juicio y su esposo, aficionado a Maradona, propuso mostrar “la justicia a través de una mujer”. Según relató, aceptó participar tras consultar a una autoridad judicial que le advirtió: “Nada puede salir de tu imagen durante el juicio”.
La exjueza insistió en que el registro audiovisual fue mínimo y realizado antes del inicio formal del debate, con una entrevista en tribunales un domingo y “a la vista de todos”. Sostuvo que el material era apenas un “teaser” destinado a conseguir financiamiento y reiteró que nunca vio un capítulo ni tuvo control sobre la edición del contenido.
En paralelo, Makintach cuestionó a sus excolegas Maximiliano Savarino y Verónica Di Tomasso, a quienes dijo haber informado el mismo día que surgió la propuesta, aunque el primero luego habría "borrado mensajes". También denunció ataques personales y mediáticos: “Publicaban fotos mías en bikini, hablaban de que quería fama y yo me quedé callada”.
El fallo de destitución, en cambio, fue categórico. La presidenta de la Corte bonaerense, Hilda Hogan, sostuvo que Makintach actuó alejada de la prudencia exigida a un juez, mientras que el conjuez Sergio Vargas advirti que "cuando se encienden las cámaras, corre peligro que el ego de un juez apague la justicia”. Otros magistrados coincidieron en que sus decisiones comprometieron la imparcialidad del tribunal.