Mientras el presidente Javier Milei sigue exhibiendo el repunte del Estimador mensual de actividad económica (EMAE) como prueba de que la economía se encamina a la recuperación,
el mismo relevamiento demuestra que el avance del 5% interanual en septiembre se explica casi exclusivamente por el salto del 39,7% en la intermediación financiera, en un escenario donde el resto de los sectores continúa dando señal de enfriamiento.
El economista Carlos Rodríguez, exasesor informal de Milei y hoy uno de sus críticos más severos, advirtió que el rebote está fuertemente distorsionado por ese repunte en el sector financiero y remarcó que la comparación con los niveles de 2022 evidencia un retroceso persistente en los sectores productivos, con una industria manufacturera que cayó 4,3% interanual y con comercio y construcción todavía por debajo del promedio general del EMAE.
El Gobierno utilizó el dato para insistir en que “no hay recesión”, pese a que la disgregación realizada por el propio organismo sobre trimestres previos generó dudas entre analistas,
quienes señalan que el resultado positivo del tercer trimestre convive con cierres de empresas, suspensiones de personal y el deterioro de la industria.
En esa línea, el consumo se desploma y la morosidad avanza en un contexto en el que los salarios quedaron profundamente rezagados frente a la inflación.
En su mensaje más duro, Rodríguez sostuvo que “los datos hablan por sí solos” y que “la Argentina productiva corre muy por debajo de la Argentina financiera”. “Así no se hace un país”, advirtió al finalizar su análisis.