Los choferes de la línea 60, enfrentados con la empresa concesionaria Monsa, lograron sacar ayer a las calles el 25% de las unidades de la línea y prestaron un servicio reducido, pero la patronal advirtió a los pasajeros que no cuentan con seguro alguno.
La protesta se inició luego del despido injustificado de un chofer, según afirmaron los trabajadores de la línea. Esta medida de fuerza se mantuvo durante el jueves, viernes y sábado pasados, pero el lunes a la tarde la empresa decidió, como "castigo", despedir a otros 47 empleados de la línea que se negaban a trabajar.
Tras cinco días sin prestar servicio, los choferes decidieron retomar todos sus recorridos. "Los trabajadores creemos que no podemos dejar de prestar este servicio público, y por eso votamos volver a efectuar el recorrido aunque sin cobrar boleto", aseguró José Alderete, chofer de la empresa.
Desde la empresa advirtieron a los pasajeros que no están asegurados y recomendaron no viajar. Por su parte, el Ministerio de Trabajo firmó una conciliación obligatoria, pero los trabajadores decidieron no acatar y mantener la protesta.