01.09.2018 / A un año de la PASO

¿Qué opinan de las encuestas los que hacen las encuestas?

Las encuestas de agosto señalaron un aumento en la intención de voto de la expresidenta pese a la ofensiva judicial y las causas de corrupción que circulan a su alrededor y una caída en la aprobación de un Presidente que se encuentra asediado por la crisis económica y el aumento del dólar. Ante este escenario y en vistas a las elecciones de 2019, dan su opinión los principales consultores.

por Leonardo García




La foto que nos deja el mes de agosto en la política argentina empieza a abrir una serie de preguntas de cara a las elecciones del año que viene. Cambiemos fideliza a su electorado desde el discurso, pero la base económica y monetaria implosiona al mismo tiempo que se desgasta la imagen de sus principales dirigentes.

Al otro extremo, y en medio del avance judicial con las causas de corrupción televisadas en modo reality show por televisión abierta, Cristina Fernández de Kirchner se solidifica, aumenta su intención de voto como no había pasado en los últimos tres años y rompe la alta negatividad que tenía en su imagen reposicionándose como una alternativa real para el 2019.

Otros dirigentes como Roberto Lavagna o gobernadores como Sergio Uñac, Juan Manuel Urtubey o el propio Sergio Massa también son medidos constantemente  pero hasta el momento es difícil proyectar realmente cómo llegarán a las elecciones.

Las encuestas

Los relevamientos del mes de agosto de las consultoras Analogías y la Universidad de San Andrés coinciden en que la aprobación del Gobierno de Mauricio Macri atraviesa su peor momento.

Analogías muestra que el 63,6% desaprueba la gestión del Presidente mientras solo la aprueba un 26,5%. Por su parte desde UdeSA registraron que el 64% desaprueba pero el 34% apoya la gestión.



Un dato que hay que agregar es el que suma la encuestadora Gustavo Córdoba donde preguntaron si Mauricio Macri estaba utilizando el caso de los cuadernos para tapar la realidad económica. El 59,9% de los encuestados consideró que si mientras un 29,8 descree en la utilización política de la causa

Por su parte Analogías analizó que la  postura  favorable  a  la  investigación  resulta  más  elevada  en  los  sectores  más  afines  al oficialismo,  creciendo  tanto  en  los  de  mayor  edad  y  nivel  educativo  como  en  el  Interior  de  la Provincia. de Buenos Aires

Asimismo, la preferencia política previa también aparece  como un condicionante de las respuestas: mientras más del 80% de los votantes de Cambiemos y el 70% de los del massismo cree en las denuncias y las causas de corrupción. Aquellos ciudadanos que en las últimas elecciones votaron a Unidad Ciudadana, a Randazzo o a la izquierda, se muestran más proclives a desconfiar de las mismas.

De todos modos un dato importante que agrega la consultora de Gustavo Córdoba respecto a cómo impacta esto en la intención de voto. El 69,2% de los encuestados afirma que no cambiará su voto por este tema contra un 18,8 que sí lo hará.

Imagen e intención de voto

La imagen de Mauricio Macri se ha ido desvaneciendo desde el triunfo legislativo en 2017, actualmente Analogías la centra en un 39,5% positiva contra una negativa que alcanza el 58,5%. UdeSA mantiene los mismos indicadores 60 negativa y 40 positiva.

Los  registros  actuales  de  imagen  presidencial  se  muestran  estables  desde  mayo,  con  una  leve recuperación en la última medición (junio-julio), pero casi veinte puntos debajo del registro más elevado de apoyo en la ciudadanía,  alcanzado  en  octubre  del  año  pasado  tras  el  triunfo  electoral  de  la fórmula de Cambiemos.

Respecto a Cristina Fernández de Kirchner, la encuesta de San Andrés revela una imagen positiva del 29% contra un 71 de negativa. Analogías le da mejores indicadores, la positiva en 48,2 contra un 49,5% negativa.

¿Cómo se traduce esto en intención de voto?

A un año de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, la encuesta de agosto de Analogías desprende que en la Provincia de Buenos Aires (37% de los electores nacionales), CFK mantiene la preferencia con una intención del 31,6% aventajando a Mauricio Macri por 6 puntos. En este hipotético escenario, con su respectivo margen de error, ninguna fuerza lograría imponerse en primera vuelta y habría ballotage.



Paisaje en la foto política actual

Si tenemos en cuenta el relevamiento de UdeSA y traemos a escena las palabras de Eduardo Duhalde afirmando que Roberto Lavagna será candidato a presidente se observa que el longevo exministro de Economía de Néstor Kirchner concentra un 53% de imagen positiva contra un 47 de negativa pero un 63% de conocimiento en la población por lo que puede seguir creciendo. Otro de los armadores políticos que junto a Duhalde lanza a Lavagna es Ricardo Alfonsín, radical lejos de Cambiemos, que UdeSA lo ubica con una positiva del 60% contra un 40% de índice negativo. Habrá que ver cómo se manifiesta este comportamiento y si puede traducir su aceptación en intención de voto.



Otros que ya avisaron que irán por la presidencia son Felipe Solá (32-68), Agustín Rossi (25-75) y el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey (44-56 con un conocimiento del 72%). Los números de Miguel Ángel Pichetto lo descartan de plano ante cualquier apetencia de llegar al poder mediante el voto popular.

Sergio Massa por su parte no termina de salir del laberinto, cuando menos aparece en la escena pública crece y recupera su caudal electoral. Hoy mantiene una imagen positiva del 34% pero se dinamita con una negativa del 66%.

Opinión

Política Argentina se comunicó con tres importantes consultores, Andrés Gilio -director de Opina Argentina, Javier Correa -agencia Mol- y Diego Reynoso de la Universidad de San Andrés para entender en profundidad los números expuestos y la foto que desprende la realidad política actual.

Caída en la imagen de Macri y desaprobación del Gobierno

El consultor Diego Reynoso explica que "hoy cuando preguntás, la aprobación del Presidente está en 38% pero la de la gestión está en 34. Macri tiene un plus por encima de la gestión, hay 4 puntos que dicen no lo apruebo pero tengo una buena imagen” y agrega que “la brecha de imagen positiva entre Macri y Cristina era más de 50 puntos en octubre y hoy es solo 11 puntos".

“La situación económica le repercute mucho más al Gobierno por ser los responsables actuales y porque ha perdido con el tiempo muchas posibilidades de excusarse sobre el pasado. La sociedad argentina empieza a verlos como responsables de la economía”, analiza Javier Correa .

Andrés Gilio agregó que “hay un fenómeno que se dio a partir de la reforma jubilatoria de finales del año pasado, el Gobierno concluyó el año con un triunfo electoral que lo ponía como la primera fuerza a nivel nacional y con una expectativa muy favorable para las presidenciales de 2019, a partir de ese momento producto de la situación económica empezó a bajar su nivel de aprobación y en los ejercicios de escenarios electorales empezó a reflejarse esa caída. Paralelo a eso hubo un crecimiento en la imagen de Cristina y en su intención de voto pero hay que aclarar que todo lo que perdía el Gobierno no lo ganaba Cristina”.

Crecimiento de Cristina Fernández de Kirchner

Diego Reynoso explica que "es un aumento de 4 puntos, más-menos margen de error, pero que es lógico como dice Durán Barba en su libro el Arte de Ganar. Al menos una parte de la población ve los juicios como un ataque, cuando sucede eso muchas personas se ponen `detrás de´ e incluso pueden abandonar una preferencia. Esos 4 puntos tienen que ver con esto, aunque la imagen negativa sigue siendo muy grande porque la opinión muy muy mala está cerca del 50 y esa opinión no se contrae”

“Cuando preguntamos imagen tomamos 5 variables, el crecimiento de Cristina se explica por que redujo su imagen algo negativa, su imagen muy negativa se mantiene inalterable y eso ronda el 50%. Vemos que desde que se produjo lo de los cuadernos uno todavía no puede hacer un análisis de impacto de la situación pero vemos que se ha detenido la caída del Gobierno y el crecimiento de Cristina”, observa el director de Opina Argentina.

Por su parte Javier Correa puntualiza que hoy “algunos hablan de crecimiento pero no hay consenso en todas las encuestas, los extremos empiezan a tener su imagen más parecida a su núcleo de intención de voto y eso es lo que produce una polarización más fija. En el medio hay alternancias que van en un degradé desde el peronismo hacia Cambiemos con una población muchísimo más descreída del sistema político, esa es una foto más bien fija que evidentemente los cuadernos desde el punto de vista electoral tienden poco a movilizar”.

De todos modos, Reynoso agrega que “Cristina de octubre de 2017 a hoy pasó del 18 a 27% y en el último mes aumentó cuatro puntos lo que es un crecimiento importante. En la opinión pública nada es para siempre, en 2017 en febrero el Gobierno estaba contra las cuerdas y la imagen empezaba a caer pero de abril a octubre recuperó muchísimo y ganó la elección. Pueden pasar muchas cosas, hoy por hoy Cristina sube pero no capitaliza toda la pérdida de Macri y de Vidal que caen bastante”.

Intención de voto a un año de la PASO

“Cuando yo pregunto si las elecciones fueran hoy por quién votaría, hay un 27% que responde por Cambiemos, un 30 por la oposición y un 35 que no sabe y estos números se mantienen estables, suben un poco, pero con el margen de error queda ⅓, ⅓ y ⅓. Yo diría que hay ⅔ claros que irían uno a Cambiemos -piso- porque si a ese 35% que no sabe le preguntas si votan hoy por quien lo hacen, hay algunos que votarían al Gobierno. Hay otro piso que es de la oposición que se divide en fragmentos, ⅓ es de Unidad Ciudadana y el restante se divide entre las demás fuerzas”, empieza explicando Diego Reynoso.

Consultado por la emergente figura de Lavagna cuenta que “del peronismo yo lo tengo a Lavagna que tiene un 33% de positiva y una proyección del 53. Lo que pasa es que todavía no es muy conocido, y nada más tiene un 20% de negativa. Me da una proyección de 51-53% de positiva. En idéntica situación está Ricardo Alfonsín que también promueve a Lavagna, Ricardo viene creciendo todos los meses, lo mido hace 6 meses, siempre suma y suma y este mes ya pasó a María Eugenia Vidal”.

“No aparece con claridad ningún candidato del peronismo que pueda aglutinar demasiado apoyo popular en esa franja del medio que no es de Cristina ni de Macri. Lo de Roberto Lavagna está muy vinculado a la situación económica del país donde sobresale una figura que desde el punto de vista de la percepción ha estado en situaciones similares y eso puede generar un buen recuerdo en la sociedad. Es un emergente positivo para él sobre las preocupaciones de la sociedad a nivel económico pero no hay ningún candidato que puedan superar o competir a estos dos espacios que están totalmente sólidos”, responde Correa.

Gilio sostiene que “más allá de las figuras por ahora asistimos a una sociedad que sigue tan polarizada como en 2017, no vemos por el momento una demanda social que se traduzca en una manifestación política de que existe ese espacio”, en relación a una figura que surja en el peronismo.

Reynoso puntualiza que “todavía falta mucho pero Pichetto no arranca, no tiene buena imagen ante la opinión pública pero Urtubey tiene una buena posición pero con los últimos movimientos se detuvo un poco, está bien posicionado pero no arrancó. Sergio Massa estaba excelentemente posicionado y después cayó mucho su imagen pero puede volver a la escena política por el alto nivel de conocimiento pero creo que erosionó su credibilidad. Después habría que ver con gobernador podría lanzarse, yo no tengo medido a Sergio Uñac pero tiene un nivel de conocimiento bajísimo “

“No veo que haya una modificación del escenario político del año pasado. El escenario es ese. Los escenarios electorales son muy tentativos en el sentido de que aún no hay un clima, a un año de la PASO y al no estar configurado el escenario electoral lo único que podemos ver es cómo se manifiestan estos grandes polos que son Cambiemos y el kirchnerismo. Todo depende de la dinámica política y económica”, agrega el consultor de Opina Argentina.

Consultado por un posible ballotage en 2019, Correa analiza que “como está dado el escenario es posible, lo que hay que analizar es justamente quien puede traspasar ese techo que a Macri también se le va de a poco solidificando pero con muchísimo más margen que el kirchnerismo y si Cristina puede atravesar ese techo con alguna fórmula o con un contexto mucho más favorable”.

¿Qué pesará más? ¿Economía o corrupción?

“Hoy nadie llega al 40%, tanto la crisis económica para el Gobierno, como para el kirchnerismo la situación vinculada a las demandas de transparencia hacen que los espacios puedan atravesar esa turbulencia en base a tener un núcleo duro muy fidelizado y estable. Dos aclaraciones, ¿qué puede pasar si esas dos cuestiones continúan con una dinámica muy presente en la opinión pública? eso puede ocasionar que surja un tercer polo pero por el momento no se ve. Si la crisis económica se refuerza y la situación de las denuncias de corrupción se incrementan, eso cambiará el escenario, hoy es hipotético como lo hará”, contesta Andrés Gilio.

Por su parte Javier Correa sostiene que “el tema vinculado a la corrupción y lo judicial afecta a todo el sistema político argentino, quizás si sacamos el núcleo de Cambiemos, toda la población tiene alguna sospecha sobre la transparencia del Gobierno y si sacamos el núcleo de Cristina todos tienen la misma percepción. La sospecha vinculada al sistema político de ser transparentes o no estar vinculados a la corrupción son muy bajas”.

“La economía está teniendo más impacto que la corrupción, lo que sucede es que la corrupción va a ceder en algún momento, si te fijas sobre los cuadernos hay mucha gente que tiene desconfianza en los arrepentidos y la Justicia tiene muy baja credibilidad. Corrupción va a ceder pero lo que está siempre latente es la economía y seguro termine prevaleciendo”, concluye Reynoso.

A un año de la PASO la volatilidad de la política argentina empieza a recrear hipotéticos escenarios electorales. Mientras los extremos fidelizan su núcleo duro, la dinámica del escándalo cambia la agenda contínuamente y rompe la proyección de los candidatos que quieren lanzarse a ocupar un centro que rompa el equilibrio inestable por el que pasa la clase política.