Este martes la Cámara de Diputados tendrá una sesión extraordinaria para tratar dos proyectos claves:
la ley Micaela que apunta a que todos los funcionarios de los tres poderes del Estado tengan una capacitación con perspectiva de género y el proyecto contra los barrabravas propulsado por el oficialismo.
El segundo punto es el que despierta mayor interés para el Gobierno, es que es una medida paliativa que surge después del fracaso en la organización de la final de Copa Libertadores entre River y Boca.
Después de que se llegue a un "borrador en conjunto" que sube las penas mínimas y máximas para delitos en espectáculos futbolísticos, Elisa Carrió formuló una propuesta con cierta peligrosidad.
La propuesta de Carrió de inhabilitar para cargos en la función pública a dirigentes que presidan clubes de fútbol u ocupen un cargo en la Asociación del Fútbol Argentino, la Conmebol y la Federación Internacional del Fútbol Asociado, se centra en la furia de la dirigente de Cambiemos con el amigo de Mauricio Macri, Daniel Angelici.
Pero la propuesta encierra una peligrosa criminalización de los dirigentes del fútbol, si bien es cierto que hay dirigentes corurptos también hay dirigentes con un alto nivel de profesionalidad, integridad y capacidad para actuar en la política nacional. Allí se destacan dos nombres como los de Matías Lammens y el de Rodolfo D´Onofrio quienes están expectantes para actuar en política.
Según le comentaron a
Política Argentina fuentes del Congreso,
el pedido de la diputada nacional no tendrá consideración y no será anexado al proyecto de ley contra los barrabravas.
