07.09.2021 / Coronavirus

Con un sostenido descenso de casos, Argentina podría evitar una tercera ola del virus

Con el impacto de la campaña de vacunación, mejora la situación sanitaria y la población consigue protegerse. Lo que ocurre con la variante Delta. La palabra de Nicolás Kreplak: “Hace semanas que esperamos la tercera ola y no pasa, y no solo en Argentina, sino en toda Latinoamérica”.




La subvariante Delta viene siendo aquella de más preocupación en el mundo, con presencia en más de 170 países. La experiencia ha demostrado que cada vez que se asienta con algunos casos importados en cualquier territorio tarda muy pocas semanas en instalarse con transmisión comunitaria, desplaza a las precedentes y provoca nuevas olas, incluso en aquellas naciones que, producto del avance de la vacunación, ya no experimentaban grandes complicaciones con la covid.

Sin embargo, en Argentina, con el 62 % de la población inmunizada con una dosis y el 36 % con el esquema completo, se plantean algunas incertidumbres que permiten vislumbrar un panorama un tanto más esperanzador: Existe la posibilidad evitar una nueva ola motorizada a partir del ingreso de la variante Delta. Pero ¿Cómo saberlo? Las pruebas también pueden observarse en la región sudamericana y en la experiencia en Europa

LA PALABRA DE KREPLAK

“Puede ser que tengamos una tercera ola. Por ahora, venimos con condiciones epidemiológicas que nos están permitiendo disminuir la transmisión. También hay que tener en cuenta que no solo hay que concentrarse en Delta, una nueva ola puede generarse por cualquier otra variante”,
plantea Nicolás Kreplak, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires.

Asimismo enfatizó su perspectiva en la marcha de la campaña de vacunación: “Viene muy bien y eso nos ayuda increíblemente, hay que seguir insistiendo con los cuidados mientras se continúa inmunizando a la población. Nos queda completar la segunda dosis y acelerar la inoculación de la primera a los adolescentes. Cuando vacunemos a los pibes y pibas, terminaremos con una etapa fundamental y podremos atravesar sin mayores problemas la pandemia. Si avanzamos en la vacunación adolescente, podemos evitar nuevas olas”.

Es que ya son 14 semanas consecutivas en las que el promedio de infecciones diarias disminuye, alcanzando así un 88% menos de casos en relación al pico registrado en mayo. Al tiempo que se suman 12 semanas de reducción del número de muertes. Así se mantienen siendo las dos variantes de mayor prevalencia en territorio doméstico la Gamma (popularmente conocida como variante de Manaos) y Lambda (andina); mientras que de Delta, aunque se presupone su transmisión comunitaria (por el reporte de una cantidad importante de contagios sin nexo con viajeros), el porcentaje aún no constituye una cifra considerable y el Ministerio de Salud no la categoriza así.

NO AVANZA LA CIRCULACIÓN DE DELTA

“Es posible que Delta se esté transmitiendo mucho más de lo que podemos detectar en nuestros países. Podríamos estar en una situación epidemiológica mucho más clara en un par de semanas. Por el momento, todos los indicadores son favorables, porque los casos bajan”, advierte Carolina Torres, bioquímica y viróloga del Conicet. Y agrega: “En Córdoba es en donde más casos de Delta se detectaron pero el acumulado sigue sin ser alarmante; en el resto de las localidades no hay indicios de transmisión comunitaria”.

CARGA VIRAL EN DELTA

Según un estudio de la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades de Corea del Sur, difundido semanas atrás, la carga viral que presentan los infectados con Delta es 300 veces mayor que con la cepa original de Wuhan. Este último se suma a un trabajo divulgado el mes pasado desde China, que anunciaba que, en verdad, la carga viral era 1.000 veces superior. Pero, en términos concretos, ¿qué implica? Que la carga viral sea 300 o 1000 veces mayor significa que en el tracto respiratorio de las personas que se infectan hay mayor producción de virus y, si hay más virus, existe una mayor probabilidad de que sea transmitido.

LO QUE LA EXPERIENCIA INDICA

Pero, en base a las experiencias de otros países para proyectar ¿Qué podría suceder en Argentina? La variante Delta se volvió mayoritaria en Reino Unido, cuando el 58% de la población estaba vacunada con una dosis y el 38% con dos. El impacto en el número de muertes, gracias a ese nivel de inmunización (que ahora creció significativamente), está siendo muy limitado. Contabilizaron 4.654 fallecimientos en toda la ola Delta (desde finales de mayo hasta ahora) el equivalente a cuatro días durante la ola previa. Con ello, pese a que la epidemiología no es una ciencia exacta, colocaron paños fríos al contextualizar y trazar un ejercicio prospectivo: aquel escenario podría ser el argentino en poco tiempo. Sin embargo, ninguna situación es equivalente a otra.

Sin dudas la herramienta más efectiva a mano –con mayor o menor cercanía, según el caso– son las vacunas. A la fecha, si bien se ha visto que pierden efectividad frente a Delta al momento de prevenir contagios, la buena noticia es que continúan confiriendo una excelente protección para prevenir hospitalizaciones y muertes. Lo mismo sucede con las otras variantes: cada vez son más corrientes las noticias de hospitales y centros de salud que comunican, después de mucho tiempo, no tener pacientes internados por covid. El Zonal de Nueva Esperanza (en Santiago del Estero) y El Cruce (Florencio Varela, Buenos Aires) fueron los últimos que dieron a conocer la buena nueva. A la fecha, Argentina está en su punto más bajo de ocupación de camas de terapia intensiva. Registra 2.391 pacientes internados con covid, cuando en junio había alcanzado los 7.969.

En Argentina, las restricciones se levantaron conforme avanzó la mejora de la situación sanitaria. Pese a la advertencia de la comunidad científica y médica, lo que muchos países desarrollados deciden ignorar es que la inmunidad debe alcanzarse de forma global. Mientras algunos países acaparan y dejan vencer sus vacunas en depósitos, otros marchan muy retrasados en sus campañas por falta de acceso. El Sars CoV-2 ha demostrado que los patógenos, en un mundo globalizado como el actual, no saben de barreras geográficas. Delta, por su parte, ha demostrado que en pocas semanas puede desplazar a cualquier otra variante predominante sin problemas. El objetivo de máxima es que ese fenómeno –si no está sucediendo ya– ocurra con una población más protegida.