02.05.2022 / América Latina

Grave: revelan que la dictadura de Brasil espió a la Argentina durante la guerra de Malvinas

Un medio brasileño informó que documentos del Estado Mayor General de las FFAA que se harán públicos en junio revelan que el régimen militar de ese país instaló en 1982 en Argentina una red de espionaje para eludir la censura y obtener información la guerra de Malvinas y los vínculos con Libia y la URSS.




Un medio del país vecino sacó a la luz que el régimen militar de Brasil instaló en 1982 en la Argentina, durante la guerra de las Malvinas, una red de espionaje que procuraba eludir la censura de la dictadura en nuestro país y obtener información no solo sobre el conflicto bélico sino también sobre los vínculos con Libia y la URSS.

La información surge de documentos del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, guardados en el Archivo Nacional de Brasil, que se harán públicos en junio pero a los que ya tuvo acceso el diario Estadão.

Según esa publicación, Brasil montó una “red de búsqueda de información' sobre el conflicto entre Argentina y Reino Unido. Allí se sostiene que, en los documentos del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Brasil, el propósito era eludir la censura de Argentina.

"Para sortear este obstáculo, además de los contactos habituales con los sectores de Inteligencia del Estado Mayor de cada una de las Fuerzas Argentinas -generalmente evasivas y reticentes-, se procuró una relación más estrecha con otros agregados militares de confianza, que fueron más activos y dinámicos en el seguimiento del conflicto", esgrime el documento, tal y como ha recogido Estadão.

Un mes después de la invasión, se inició la operación inglesa para retomar las islas. Brasil ayudó a los argentinos, con inteligencia y armas, pero a la vez buscó mantener una buena relación con Reino Unido.

El informe señala que la noche del 26 de marzo de 1982 se reunió la Junta Militar, sus integrantes eran el general Leopoldo Galtieri, jefe del Ejército y presidente de la República; el brigadier Basilio Lami Dozo, por la Fuerza Aérea; y el Almirante Jorge Isaac Anaya, por la Armada. El canciller Costa Méndez también asistió a la reunión secreta.

La información obtenida del Estado Mayor de la Fuerza Aérea local ha indicado que "el día de la invasión, 2 de abril de 1982, la operación estaba programada para mayo o junio, cuando las condiciones climáticas serían más desfavorables para los británicos".

La precariedad de los medios militares para un enfrentamiento exterior, sobre todo con tropas profesionales de una potencia como el Reino Unido, era evidente y no aconsejaba la aventura. "La posición de Estados Unidos fue malinterpretada", dice el documento oficial de Brasil, en base a información recabada por militares en entrenamiento en Argentina y altos oficiales argentinos, así como periodistas.

“La colaboración de Argentina en la conflictiva región centroamericana llevaría a suponer que el gobierno de Estados Unidos forzaría una salida diplomática”. Se esperaba que una acción incruenta hiciera que el Reino Unido negociara. "La reacción inglesa no fue estimada", reproduce Estadão.

Por otro lado, el investigador Martins Filho afirmó que otra forma en que Brasil obtuvo información de Argentina fue gracias a descifrar el código de las comunicaciones encriptadas del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino.

Entre las principales preocupaciones del régimen militar en Brasil estaba obtener información sobre la ayuda de la URSS, Cuba y la Libia de Muamar Gadafi a la dictadura de Galtieri.

Brasil seguía, además, con particular atención el programa nuclear argentino. El Centro de Información de la Armada informó que las negociaciones de Argentina con la URSS preveían el envío de 100 kilogramos de uranio enriquecido a Buenos Aires. Brasilia temía el establecimiento de bases rusas en el país.