El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, amenazó a "la política" con "emitir una acordada" sobre la integración del Consejo de la Magistratura si no "dirimen" esa cuestión proximamente.
“Esperamos que lo dirima la política y, si no, emitiremos una acordada”, afirmó quien además de ser el titular del máximo tribunal de Justicia encabeza el organismo que elige y sanciona a los jueces.
Rosatti dijo esto en referencia a la conformación del organismo que, particularmente, atraviesa un conflicto entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio por los representantes del Senado de la Nación. El Consejo de la Magistratura, entre otras tareas, se encarga de designar y destituir a los magistrados.
“Muchos temas, por ejemplo el de la integración del Consejo, no se profundizó más, no se dijo cuántos abogados o académicos tiene que haber, porque el consenso llegó hasta ahí y se tenía la expectativa de que después el legislador estaría en sintonía con ese acuerdo. Eso después se fracturó y cada vez más”, lamentó el magistrado supremo.
Entrevistado en LN+ por
Carlos Pagni, Rosatti argumentó su postura en que
“para algunos, la democracia es un lugar donde importan más las reglas que el contenido y entonces hay que obligar al consenso”, pero
“cuando esto no ocurre, los problemas se judicializan”.
El ex ministro de Justicia sostuvo en el mismo sentido que la Corte está “resolviendo temas ahora que no se han resuelto antes y después la política critica, porque siempre puede tener una visión distinta al resultado judicial que se obtiene”. Sin embargo, el caso del Consejo de la Magistratura es al revés, dado que durante el gobierno de Cristina Kirchner se votó una legislación en el Congreso que resultó "inconstitucional" a los ojos del máximo tribunal, con una demora de casi 20 años.
“Por ejemplo, pasa con la integración del Consejo de la Magistratura en el estamento que falta, que es el político, porque los jueces, los abogados y los académicos eligieron democráticamente y ya juraron. Los legisladores son los que faltan. Se le pide a la Corte que resuelva y cuando resuelve, ‘no me gusta cómo resolvió'. Bueno, nosotros esperamos hasta último momento que la política pueda dirimir esto y después emitiremos una acordada, seguramente”, agregó.
En referencia a la pésima imagen de la Justicia en la sociedad, siendo el poder del Estado peor ponderado de todos, el presidente de tal vez los dos máximos organismos judiciales reconoció que actualmente la imagen del sistema judicial en la sociedad es
“un 80% negativa y un 20% positiva”, pero aseguró que esto también ocurre “en la mayoría de las democracias consolidadas del mundo”, idea para la que no sumó datos fundados.
Consideró que “bastante” tiene que ver con “algunos casos emblemáticos y algunas situaciones que son indisculpables”, pero también con que “ha aumentado el nivel de conflictividad y eso se traduce en mayores denuncias”.
“El juez creo que no tiene que exceder el mínimo común denominador de lo que es una persona común y correcta. Yo creo que tiene que tener una vara aún más alta, pero es injusto decirlo en este momento”, afirmó.
Por último, se refirió a las críticas que recibe de algunos sectores y su rol como integrante de la Corte, pero terminó hablando de su vida privada:
“Yo soy un hombre muy feliz, tengo una familia maravillosa. Mis hijos son grandes y saben el padre que tienen, no necesito darles explicaciones. Era más complicado cuando estaba en cargos públicos antes, hoy ya no. Para mí es una alegría ir a trabajar, yo quiero ser juez hasta los 75 años y después volveré a mi provincia, a Santa Fe”.