
El Fondo Monetario Internacional aprobó la tercera revisión del programa vigente con la Argentina y desembolsó 5.900 millones de dólares que ya ingresaron a las reservas del Banco Central.
La decisión del FMI
permitió un desembolso inmediato de DEG 4500 millones (alrededor de u$s 6.000 millones), lo que eleva los desembolsos totales en virtud del acuerdo a alrededor de u$s 23 .500 millones.
Al completar la revisión, el Directorio Ejecutivo consideró que “se cumplieron todos los criterios cuantitativos de desempeño hasta finales de septiembre de 2022, gracias a la gestión macroeconómica prudente del nuevo equipo económico”.
En ese sentido, el organismo señaló a través de un comunicado este jueves que “
las políticas macroeconómicas más estrictas desde julio están comenzando a dar frutos: la inflación se está moderando, la balanza comercial está mejorando y la cobertura de reservas se está fortaleciendo gradualmente”.
Además, la Junta “aprobó exenciones de incumplimiento asociadas con la introducción de medidas de política que dieron lugar a nuevas restricciones cambiarias y prácticas de múltiples monedas y pidió su reversión cuando las condiciones lo permitan”.
Más allá del apoyo a las medidas implementadas por el ministro de Economía, Sergio Massa, el FMI advirtió que “con un contexto externo e interno más desafiante, la implementación decisiva del programa será fundamental para salvaguardar la estabilidad y los objetivos del programa”.
Al terminar la discusión del Directorio,
Gita Gopinath, Primera Directora Gerente Adjunta y Presidenta Interina, destacó: “Las acciones políticas decisivas continuas están comenzando a dar frutos. En un contexto externo e interno más desafiante, la implementación decidida de políticas, incluido el endurecimiento de las políticas fiscal y monetaria, está conduciendo a una reducción de la inflación, así como a mejoras en la balanza comercial y la cobertura de reservas.”
No obstante, Gopinath afirmó que “persisten los desequilibrios macroeconómicos y las condiciones siguen siendo frágiles. Por lo tanto, la implementación mejorada continua del programa será fundamental para lograr los objetivos clave del programa y mantenerlo como un ancla para la estabilidad”.
Si bien el FMI otorgó dispensas por la política cambiaria del gobierno argentino, aseveró que “las restricciones cambiarias y las prácticas de monedas múltiples deben evitarse y eliminarse tan pronto como las condiciones lo permitan, y se deben abordar los desequilibrios macroeconómicos”.
Y en línea con su política, el organismo insistió en que “se necesitará la consolidación fiscal según lo presupuestado para respaldar los procesos de desinflación y acumulación de reservas, aliviar las presiones financieras y fortalecer la sostenibilidad de la deuda”.
Cabe señalar que las metas fiscales se mantienen, por lo que solicitan reducir el déficit fiscal primario al 1,9 % del PIB en 2023 y, al mismo tiempo, proporcionar espacio para gastos prioritarios en infraestructura lo que consideran “requerirá esfuerzos continuos para movilizar ingresos, fortalecer los controles de gastos y, lo que es más importante, mejorar la focalización de los subsidios energéticos y la asistencia social.”
El Fondo también reiteró que para aumentar la credibilidad “las tasas de interés reales positivas y sostenidas siguen siendo esenciales para reducir la alta inflación persistente y fortalecer la demanda de activos en pesos”.
Y consideraron que de esa forma se podrán lograr “mejoras en la competitividad y la cobertura de reservas, al tiempo que evitaría depender de incentivos y restricciones cambiarios ad-hoc, ya que no son un sustituto de políticas macroeconómicas consistentes”.
Otro aval del FMI se refirió a la política de precios llevada a cabo por Massa. Al respecto, señalaron que “la coordinación voluntaria de precios y salarios podría desempeñar un papel complementario a medida que se abordan los desequilibrios macroeconómicos”.
Aunque el organismo mostró su preocupación por la deuda en pesos y señaló que “una estrategia proactiva de gestión de la deuda orientada al mercado es vital para movilizar el financiamiento interno, mitigar los riesgos de refinanciación y reducir el financiamiento del déficit por parte del Banco Central”.
El Fondo celebró también el acuerdo de reestructuración con los acreedores del Club de París y consideró que la movilización del apoyo de los socios multilaterales y bilaterales sigue siendo esencial para garantizar que se cumplan los compromisos financieros y se fortalezca la cobertura de reservas.
Por último, consideró en el comunicado que “los esfuerzos continuos en el frente estructural siguen siendo clave para apoyar objetivos macroeconómicos más amplios.
Y concluye que “el amplio apoyo político para las políticas del programa sigue siendo crítico en el próximo período”, una afirmación poco sorpresiva frente a las elecciones del año próximo.
Por ahora, los analistas señalan que, dada las mejoras en las cuentas públicas que se viene registrando en la última parte del año, la perspectiva es que también el Fondo apruebe la cuarta revisión del programa, que tendrá lugar a fines de marzo del 2023.