13.03.2023 / ENTREVISTA PA

Argentina, 1985: sin Óscar pero "recuperándonos como sujeto social" y retomando relatos de la democracia

La actriz Laura Paredes se refirió al recorrido del filme que alcanzó a la nominación de los Óscar, máximo galardón internacional a los largometrajes, pero que sobre todo, retrotrajo al hecho constitutivo de la democracia, que este año cumple 40 años. El cine nacional como medio para poner en valor la historia y la identidad nacional.

por Morena Marcos




Después de mucha espera, expectativas y de haber logrado múltiples premios en la industria del cine, finalmente el Oscar no pudo ser posible para Argentina, 1985. Es que el largometraje de Santiago Mitre no logró este domingo el galardón al Mejor Film Internacional porque finalmente fue para la alemana Sin novedad en el frente: la representante alemana, dirigida por Edward Berger y coproducida por Netflix, que puso todo su arsenal de promoción al servicio de su película.

Pero lejos de la tristeza o la decepción, el público, las redes y quienes fueron parte del filme celebraron el camino recorrido y el éxito que cosechó desde su estreno. “Fue importante lo que pasó en los cines y lo que pasó en el país con la película, fue recuperar un modo de pensarse como sujeto social que tenemos un poco olvidado”, expresó en diálogo con Política Argentina, Laura Paredes, actriz que interpretó a Adriana Calvo de Laborde, cuyo testimonio crucial tumbó todos los resabios de dudas y cuestionamientos que residían en la opinión pública al momento del juicio a las Juntas y retomó la importancia central del juicio a las Juntas en la lucha por los Derechos Humanos en Argentina.

QUIEN FUE ADRIANA CALVO

Adriana Calvo se convirtió en la primera sobreviviente en declarar ante la Cámara Federal porteña, que juzgaba a los nueve comandantes. Su declaración fue contundente, precisa y logró dejar sin palabras a las defensas que hasta minutos antes habían estado acosando al periodista Robert Cox, el exdirector del Buenos Aires Herald y uno de los pocos editores que se animó durante los años del terrorismo de Estado a publicar las denuncias de los organismos de derechos humanos. “Adriana Calvo tiene el lugar -dentro de la dramaturgia de la película y dentro del Juicio a las juntas- de haber sido el testimonio que modificó toda la opinión pública que todavía podía estar dudando porque volvió a todas las opiniones irrevocables porque puso en evidencia con mucha elocuencia las atrocidades de la dictadura”, expresó Laura Paredes quien le puso el cuerpo a la mujer que dejó un testimonio que fue hito para la historia al poner en valor el cine nacional y la llegada del cine nacional a las pantallas internacionales.



“Creo que en el momento en que la película, muestra el momento cuando hace el llamado la madre de Moreno Ocampo, mostró ese quiebre de la narración y en el relato de la opinión pública”, consideró Paredes en diálogo con este medio. Es que Adriana Calvo fue, además, la persona que hizo que la madre de Luis Moreno Ocampo dijera: “Yo a (Jorge Rafael) Videla lo quiero, pero tenés razón: tiene que ir preso”. La madre del letrado tenía como costumbre asistir a misa con el dictador y no veía con demasiados buenos ojos que su hijo (en aquel momento un treintañero que venía de familia militar) se hubiera embarcado en la tarea de acusar a los integrantes de las tres primeras Juntas que ejercieron el poder de la vida y de la muerte desde el 24 de marzo de 1976.

“UNA PATADA EN LA CARA” DEL NEGACIONISMO

Al respecto, Paredes consideró que “desde el guión la película hace que este testimonio (el de Adriana Calvo de Laborde) sea el hito que da una patada en la cara. Eso es el relato de Adriana, teniendo en cuenta que además en ese momento ir a dar testimonio era muy difícil”. “Teresa Laborde, la hija de Adriana, quien nació en el patrullero, me contó que se acuerda de haberle preguntado a su mamá ¿Hace falta, con todo lo que pasamos, que tengas que ir a declarar? Porque ir a declarar implicaba volver a estar amenazada, y corrías nuevos riesgos, y su madre le contestó que era muy necesario hacerlo”, valoró la actriz.

LA DEMOCRACIA SE HACE CON VALENTÍA Y COLECTIVAMENTE

Al tiempo que sumó que “esa valentía de hablar, de testificar, de contar lo que había pasado en pos de que hoy tengamos democracia, es un relato demasiado heroico y muy conmovedor”. “Es casi increíble pensar cómo esa gente, después de lo que pasó, fuera a jugarse la vida, a revivir ese horror, tener que de alguna manera revictimizarse al contar humillaciones por el bien común y la posibilidad de un futuro. Es la gesta heroica de las cuales no estamos ya tan acostumbrados, por eso la película nos hermana con esos personajes que no piensan en la individualidad, sino en el futuro de un país”, precisó Paredes.

PONERLE CUERPO A LA FUNDACIÓN DEMOCRÁTICA

En esta línea, Paredes expresó a Política Argentina que “como actriz nunca me había sucedido algo de este estilo, participar de una película donde la relevancia sea que dialoga tanto con la realidad, y sobre todo, con un hecho constitutivo de la democracia argentina”. “Así que sí, como actriz fue una novedad ponerle cuerpo a un hecho histórico, fue de mucha emoción. El día de la filmación del juicio creo que va a ser un día inolvidable para todos los que estábamos ahí, porque era recrear un hecho que cambió la historia y la vida de la gente”, rememoró.

Y concluyó que “para todos tenía un lugar catártico lo que estábamos haciendo nuestro trabajo, pero que nos tomaba una emoción muy grande porque era tomar esa sala otra vez, recrear ese juicio. Fue muy intenso y yo que había preparado la escena con Santiago (Mitre), pensando lo que tenía que hacer, pero sobre todo había una fuerza colectiva que modificaba también lo que yo tenía que hacer”. “Creo que ningún otro trabajo va a parecerse”, cerró.