
A pesar de que la tensión social se apaciguó luego de la represión ejecutada por la Policía de Jujuy, las marchas continúan en contra de la reforma constitucional provincial. Es por ello que distintas organizaciones y comunidades de pueblos originarios se nuclearon en el Tercer Malón de la Paz para llevar su reclamo al Congreso de la Nación.
El 25 de julio pasado, un mes después de iniciada la represión en Jujuy, comuneros de 400 pueblos originarios iniciaron su recorrido desde la provincia norteña y pasaron por Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe. Recorrieron así 1.875 kilómetros hasta llegar a la ciudad de Buenos Aires, donde concentraron su movilización en la Plaza del Congreso.
En el marco del reclamo del Gobierno nacional, el Tercer Malón de la Paz también solicita a "la Corte Suprema de Justicia que se expida sobre la inconstitucionalidad de la reforma de la constitución jujeña" y para que el Congreso Nacional "sancione la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena", que proteja sus tierras y los recursos naturales.
En ese sentido, también demandaron a la Corte Suprema que "tome las medidas para la intervención federal de la provincia de Jujuy, por violencia institucional, persecución y detención de los manifestantes", luego de la represión contra las protesta y la judicialización de las personas que participaron de las protestas, que continúan en las rutas jujeñas.
El Tercer Malón de la Paz, protagonizado especialmente por referentes collas, atacamas, okloyas y guaraníes, ingresaron a la ciudad desde Plaza Miserere y en su marcha fueron sumando adhesiones de movimientos sociales, sindicatos, partidos políticos y organizaciones artísticas. Las demandas también se enmarcaron en el Día de la Pachamama y en el 6° aniversario de la desaparición de Santiago Maldonado.
EL ORIGEN DEL MALÓN DE PAZ
La marcha de los pueblos originarios reedita la gesta más grande de originarios por la lucha de sus territorios, conocida como el Malón de la Paz, que en 1946 emprendieron 174 collas jujeños y salteños a Buenos Aires para pedir por la apropiación de sus tierras. Se escogió el nombre por representar un oxímoron: malón proviene de la expresión del idioma mapuche "malok", que significa "invasión".
El segundo Malón de la Paz fue en 2006, organizado para demandar al Gobierno de Jujuy el cumplimiento con una orden judicial de retornar a las comunidades originarias cerca de 15.000 kilómetros cuadrados de tierras.