08.05.2025 / RECORTE

El Gobierno cerró el Instituto Juan Domingo Perón y apuntó contra sus empleados

En línea con las reformas y recortes que tiene en agenda, el Gobierno nacional cerró el instituto de investigaciones que funcionaba bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano de la Argentina.




El vocero presidencial, Manuel Adorni, advirtió que el Gobierno nacional avanzó en la disolución del Instituto Nacional Juan Domingo Perón y de la Comisión Nacional de Homenaje al Teniente General Juan Perón. La decisión, enmarcada en el aniversario número 106° del natalicio de Eva Duarte de Perón, forma parte de una política de recorte de organismos estatales.

El argumento principal, según Adorni, es que ambos espacios eran “una carga presupuestaria evitable e innecesaria que no aportaba ningún valor diferencial que justifique su continuidad”. La medida fue defendida como parte del objetivo de reducir el gasto público.

En esa línea, el candidato a diputado aclaró que esta decisión no implica abandonar el estudio del expresidente argentino. “Ya se lleva adelante a través de universidades, centros académicos e instituciones especializadas que garantizan un estudio académico libre de condicionamientos estatales”, sostuvo.

Desde el Ejecutivo también se refirieron al funcionamiento interno de las instituciones eliminadas. En un tono crítico, calificaron a su planta laboral como “empleados ociosos”, reforzando la idea de que el mantenimiento del Instituto resultaba innecesario.
En esa línea, Adorni aseguró que la transmisión del conocimiento histórico está cubierta por otras vías. “La enseñanza y difusión de la historia nacional ya se encuentran plenamente garantizados por el sistema educativo y las instituciones existentes”, remarcó.

El Instituto, creado para la preservación, investigación y difusión de la vida y legado de Juan Domingo Perón, deja de existir tras décadas de funcionamiento. Su desaparición marca un cambio de rumbo en la política cultural del Estado respecto al peronismo.
La eliminación del organismo generó repercusiones inmediatas en distintos sectores políticos y académicos, aunque desde el oficialismo insistieron en que no representa un ataque a la historia, sino una reorganización del aparato estatal.