02.06.2025 / SENADO

Villarruel echó a los villarruelines: qué pasará con sus referentes de la juventud



La vicepresidenta Victoria Villarruel firmó una resolución para desplazar a 14 integrantes de la agrupación “villarruelines”, entre ellos a Abril Fernández Soto, su referente nacional, en una movida que refuerza la influencia de su nuevo jefe de asesores y desplaza al grupo juvenil que la acompañó durante los últimos dos años.





La vicepresidentaVictoria Villarruel renovó su círculo de confianza y alejo, sin contemplaciones, de acuerdo a Letra P, a quienes formaron parte de su equipo durante su gestión en el Senado. El viernes último firmó una resolución que desplazó a 14 jóvenes vinculados a la agrupación “villarruelines”, un grupo que solía mostrarse en los pasillos de la Cámara alta y en los actos oficiales junto a la vicepresidenta. Entre los desplazados figura Abril Fernández Soto, quien hasta marzo pasado era considerada la referente nacional de ese movimiento juvenil.

El listado oficial incluye también a Agustín Barbeito, Joaquín Barrionuevo Moragues, Martín Zilberman, Javier Naveira, Matías Solari Barrios, María Florencia Anhielo, Priscila Alabornoz, María Belén Fernández, Ramiro Cura, Bruno Romero, Facundo Pappa, Sofía Kasirer e Iván Dorensztein. Estos jóvenes habían llegado a disfrutar de un trato preferencial: Villarruel reservaba un palco para que los “villarruelines” se lucieran en las sesiones, y la propia vicepresidenta les dedicó un saludo en redes sociales con la frase “Coman pollo, con repollo”. 

La medida se enmarca en la influencia que ejerce ahora Mario Russo, flamante jefe de asesores de Villarruel, quien fue consultor de La Libertad Avanza en 2021 y ha ganado terreno en el entorno de la vicepresidenta. Según fuentes parlamentarias, Russo impulsa una reestructuración que busca fortalecer a integrantes más cercanos y disciplinados, mientras que el grupo juvenil desplazado ya no encajaría en la nueva estrategia de la vicepresidenta.

Además de desplazarlos, la resolución incluyó a Abril Fernández Soto, a quien reemplazó en el puesto de referencia nacional de los villarruelines, un cargo que incluso superaba en relevancia al del exdirector de Atención Ciudadana, Juan Martín Donato, quien ya había sido desplazado hace quince días. Esta maniobra deja en evidencia el propósito de Villarruel de marcar diferencias con quienes la acompañaron inicialmente y de consolidar una gestión más alineada con los intereses que defiende el nuevo esquema de poder en el Senado.

La salida de los villarruelines coincide con nombramientos de personal de confianza en áreas clave: la semana pasada, Villarruel designó a Juan Manuel Gestoso Presas como subdirector de Control de Auditoría y Gestión del Senado, un exteniente acusado en 2008 de destruir libros del Hospital Militar de Salta durante la última dictadura. Además, la vicepresidenta cumplió el pacto con Unión por la Patria, cediendo espacios de poder en comisiones bicamerales de control a cambio del apoyo peronista en designaciones administrativas. Con esta jugada, Villarruel busca proyectar una imagen de fortaleza política, mientras los jóvenes que le dieron visibilidad quedan ahora sin lugar en su estructura.