
Mientras se profundiza el cuello de botella financiero con tensión cambiaria y se acerca la definición por la primera revisión de metas y el desembolso de USD 2.000 millones, el Fondo Monetario Internacional retó al gobierno de Javier Milei y le lanzó varios reclamos duros entre algunos elogios: le dijo que le falta acumular reservas, realizar reformas "clave", volver a los mercados internacionales y conseguir inversiones productivas y no especulativas.
Las conclusiones del organismo surgen del análisis de la economía nacional en el marco del Reporte Sobre el Sector Externo en el que se evalúa la situación mundial en esta materia.
Allí el Fondo le dedicó un apartado al país, en el que sostuvo que la posición externa en 2024 fue más débil que el nivel que implicaban los fundamentos económicos a mediano plazo y las políticas deseables.
Destacó que los fundamentos económicos mejoraron sustancialmente desde finales de 2023, momento en el que Milei asumió la Presidencia, pero resaltó que las reservas internacionales netas se mantienen “críticamente bajas”.
El FMI aseguró en su texto que la implementación sostenida del programa de Facilidades Extendidas, recientemente aprobado, será clave para “mantener una balanza comercial sólida, atraer inversión extranjera directa, recuperar el acceso a los mercados y salvaguardar la sostenibilidad externa”.
En el documento, el organismo internacional indicó que una mayor flexibilidad del tipo de cambio, junto con el desmantelamiento gradual de las restricciones cambiarias aún vigentes, las prácticas de tipo de cambio múltiples y las medidas para permitir o limitar el flujo de capitales externo, permitirían “fortalecer la resiliencia y respaldar flujos de capital sostenibles en el largo plazo”, especialmente en sectores como energía y minería.
El FMI apuntó que el balance de cuenta corriente argentino cerró el 2024 con un déficit de 0,5% del PBI, pero alertó que “en función de la débil cobertura de reservas y la falta de acceso a los mercados internacionales” la economía nacional necesitaría tener un excedente en su cuenta corriente de unos 1,4% del Producto Bruto, consistente con una acumulación de reservas que cumpla al 100% con el criterio de reservas adecuadas para el país en el mediano plazo.
Según estimaciones de Adcap Grupo Financiero, para un esquema de tipo de cambio flotante ese método implicaría que el BCRA precisaría unos USD 57.800 millones en sus reservas.
Según el informe del organismo que encabeza Kristalina Georgieva, el tipo de cambio argentino terminó el 2024 sobrevaluado entre 15 y 25 %. “La reciente transición a un régimen monetario y cambiario más robusto (pasando de un tipo de cambio de paridad móvil a un tipo de cambio flexible dentro de bandas relativamente amplias) permite un tipo de cambio más determinado por el mercado, aunque siguen siendo necesarias políticas macroeconómicas restrictivas para lograr una balanza comercial sólida y la acumulación de reservas”, plantearon los técnicos del Fondo.
De igual manera sostuvieron que “a mediano plazo, un tipo de cambio real más fuerte podría justificarse siempre que las ambiciosas reformas estructurales en curso generen mayor productividad y competitividad”.
Para avanzar en la estabilización, el FMI consideró crucial “una flexibilización cuidadosa de las restricciones cambiarias, acompañada por políticas macroeconómicas estrictas y mayor flexibilidad cambiaria”, con el fin de acumular reservas, recuperar el acceso al financiamiento internacional y alentar la inversión.
En este punto, se interpreta otra crítica más o menos solapada al gobierno libertario: el FMI advirtió que este proceso de acumular reservas y conseguir inversiones debería complementarse con políticas macroprudenciales rigurosas “para garantizar la sostenibilidad de los flujos de capital y evitar descalces de moneda o ingresos especulativos disruptivos (hot money)”. Es que la gestión de Milei está en picada en cuanto a inversiones productivas y los únicos dólares que ingresan van al esquema financiero especulativo, incluso según los datos oficiales.
El Fondo advirtió además que la cobertura de reservas se mantuvo por debajo de los niveles adecuados y, en ese sentido, el informe concluyó que resultaban esenciales “esfuerzos tempranos para recomponer reservas, al tiempo que se promueve una mayor formación de precios y compras de divisas destinadas al pago de obligaciones externas”.
El Gobierno y el FMI se encuentran en pleno proceso de la primera revisión de metas desde la implementación del nuevo acuerdo hace tres meses. Eso es clave porque se acerca la fecha en que la Argentina deberá volver a pagar vencimientos al organismo: será en dos semanas. El primer día de agosto vencerán casi USD 850 millones.
En juego está un desembolso de USD 2.000 millones, que deberían destrabarse en la medida en que el directorio apruebe los intercambios técnicos entre el Gobierno y el FMI, que arrancaron hace 20 días entre Buenos Aires y Washington. En el equipo económico esperaban, hasta hace algunas semanas, tener todo resuelto a fines de junio, antes del receso estival en el organismo, pero no pasó.