24.07.2025 / Congreso y elecciones

Congreso: el peronismo quiere una sesión por el Garrahan y las universidades y LLA cerrarlo hasta fin de año

La oposición busca hacer una mega sesión el 30 de agosto, al filo del inicio de la campaña electoral. Quieren tratar la emergencia pediátrica en el Garrahan y el presupuesto universitario. La desconfianza en los gobernadores y la idea de Menem de congelar el Congreso hasta el 11 de diciembre.




El camino hacia la batalla electoral que serán los comicios bonaerenses, la rosca entre el Gobierno nacional y los gobernadores alrededor de los fondos para obras y la intención de La Libertad Avanza de gobernador por decreto y cerrar el Congreso hasta el 11 de diciembre producen un futuro inmediato lleno de incertidumbre para la agenda opositora y la posibilidad de mejorarle la vida a distintos sectores recortados y ajustados por Javier Milei.

Sin embargo, la oposición, con liderazgo del peronismo, planea hacer una mega sesión el 30 de agosto, al filo del inicio de la campaña electoral, con el objetivo de tratar la emergencia pediátrica en el Garrahan y el presupuesto universitario. 

Viene de propinarle múltiples derrotas al Gobierno, pero en el camino tiene varios escollos y dos de ellos son clave: el inicio de la campaña nacional y la antipatía reinante en varios de los otrora aliados de Milei, antes de que el jefe de Gabinete negociador, Guillermo Francos, logre ordenar, uno por uno, a los gobernadores que no tienen problema en pintarse de violeta y conseguir fondos como sea.

El Congreso está al día de hoy en receso invernal. A Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados, esta parálisis le viene como anillo al dedo y tanto que pretende extenderla, de ser posible, hasta el 11 de diciembre. Busca que varios diputados opositores le den una mano para postergar los temas álgidos.

El dirigente riojano que hereda el apellido del ex presidente Carlos Saúl no salió ileso de las últimas derrotas oficialistas. Por eso sabe que, cada vez que abre la Cámara de Diputados, hay problemas. No tantos como los que tiene la vicepresidenta Victoria Villarruel en el Senado, pero así y todo no la está pasando bien.

Ni que hablar de sus vínculos con dos de los tres escándalos de corrupción que sólo en 7 meses le explotaron al Gobierno: por un lado el caso $LIBRA, en el que la oposición está convencida que el riojano cumplió un rol estelar y espera a que la Justicia investigue; y por otro la filtración de que el Banco Nación había preadjudicado con un contrato de casi $4.000 millones a Tech Security, una empresa vinculada a la familia Menem. 

En este escenario, LLA quiere patear la pelota afuera todo el tiempo que pueda. O sea hacer tiempo. La única forma que tiene de lograrlo es a través del coqueteo con el grupo de gobernadores más afines, algunos deseosos de cerrar una alianza electoral con La Libertad Avanza en sus provincias y, otros tantos, que con tal de recibir fondos más temprano que tarde pueden entregar votos o rechazos a lo que sea. 

Es ejemplo de esto Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco), tres gobernadores que están a punto de firmar un acuerdo con Karina Milei para las elecciones nacionales. Los tres llegaron al poder a través de lo que fue Juntos por el Cambio, ya sean radicales o del PRO. 

En el caso de la oposición, busca exactamente lo contrario: acelerar el tratamiento antes de que todos los indignados del último par de meses terminen aceptando a las fuerzas del cielo y negociando con Francos. “Antes de que nos los den vuelta con un cordón cuneta”, grafican, con ironía, los armadores opositores de Diputados, según eldiarioar.

La idea del peronismo más vinculado al kirchnerismo, que encabeza Germán Martínez, quiere sesionar el 30 de julio con un temario que incluya la emergencia en el Hospital Garrahan, la actualización del presupuesto universitario y el rechazo a varios decretos delegados.

Necesita tener garantizado el quórum, en primer lugar: el escenario es complicado porque la mayoría de las provincias estarán todavía de vacaciones de invierno y es difícil, muchas veces, asegurarse de que todos los diputados se aseguren de viajar. 

Saben que son los otros bloques –el radicalismo díscolo de Democracia Para Siempre y el pichettismo de Encuentro Federal– son imprevisibles y no se definen a convocar. 

En el pichettismo, sin embargo, también están haciendo números y se muestran confiados de poder sesionar la semana que viene. Sin embargo y pese a las diferencias entre los comandados por Pichetto y Unión por la Patria, coinciden en algo: desconfían de los gobernadores.

No obstante, creen que estará el número para poder sesionar. Necesitan meter las dos nuevas leyes opositoras antes de que Milei al aumento vete el aumento para los jubilados porque, saben, el rechazo a tal decisión presidencial se comerá la agenda.

Las especulaciones indican que el veto a los jubilados saldrá los primeros días de agosto. En el medio, la oposición tiene una última carta: los proyectos de los gobernadores necesitan inevitablemente del peronismo kirchnerista para convertirse en ley. 

Ya se lo advirtieron a los gobernadores que ya están pidiendo avanzar con sus iniciativas, pero no las otras: si quieren fondos para las provincias, tienen que acompañar los fondos para el Garrahan.