El Ministerio de Economía, bajo la conducción de Luis Caputo, intentará colocar deuda en pesos por primera vez tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires. Con un vencimiento de $7,2 billones esta semana, la Secretaría de Finanzas a cargo de Pablo Quirno pondrá a disposición del mercado un menú de letras y bonos que incluyen instrumentos a tasa fija, títulos atados a la inflación (Boncer) y papeles vinculados al dólar oficial.
La apuesta oficial apunta a extender los plazos más allá de las elecciones nacionales del 26 de octubre. En esa línea, desde la compañía Max Capital advirtieron que “dado que los mayores encajes pueden cumplirse con instrumentos del Tesoro en pesos con vencimiento a 60 días o más cuando son adquiridos en la suscripción primaria, se espera que la demanda se concentre en los plazos más largos”.
Sin embargo, la señal política de las urnas amenaza con debilitar la confianza del mercado. "La idea que circula en algunos ámbitos es que las autoridades podrían comenzar a rescatar bonos en pesos para apuntalar las curvas en pesos, pero nos parece contraproducente en el actual contexto de caída en la demanda real de dinero”, trascendió desde la financiera Portfolio Personal Inversiones.
Con este panorama, el mercado descuenta que el Gobierno contará cada vez menos con el aporte de inversores privados y se apoyará más en la intervención oficial. La expectativa es que el Banco Central utilice la licitación para endurecer los requisitos de encajes y forzar a los bancos a incrementar su tenencia de títulos públicos, lo que serviría como sostén de la deuda en pesos en un contexto de menor demanda genuina.