Los gobernadores del Norte Grande definieron que Raúl Jalil, mandatario de Catamarca, será el próximo presidente pro témpore del bloque regional. La decisión se tomó en una reunión realizada en Santiago del Estero y refuerza el rol político del catamarqueño en un espacio que reúne a provincias de diverso signo partidario.
Jalil asumirá en un contexto en el que profundiza su acercamiento al gobierno de Javier Milei, particularmente a través de los diputados que responden al oficialismo catamarqueño y que comenzaron a coordinar posiciones con La Libertad Avanza en el Congreso. Ese vínculo, que semanas atrás generó inquietud dentro de Unión por la Patria, ahora adquiere una nueva relevancia institucional.
La presidencia del Norte Grande implica articular demandas de infraestructura, energía, transporte y políticas federales para una de las regiones con mayor rezago socioeconómico del país. El rol de Jalil será clave en las negociaciones con Nación, en un escenario en el que el Gobierno busca apoyos parlamentarios para avanzar con su agenda de reformas.
El bloque regional mantiene diferencias internas sobre el rumbo económico y el ajuste llevado adelante por Milei, pero la elección del catamarqueño fue leída como un gesto de pragmatismo. La conducción rotativa del espacio suele equilibrar posiciones, aunque esta vez su designación también expresa la nueva gravitación que adquieren los gobernadores que tienden puentes hacia la Casa Rosada.
Fuentes oficiales consultadas por NA destacaron que la designación fue acordada sin mayores tensiones y que Jalil buscará “profundizar la cooperación regional”, aun cuando la relación con el Gobierno nacional esté atravesada por intereses partidarios divergentes. Su desafío será sostener la unidad del Norte Grande en un momento de fuertes reacomodamientos en el mapa federal.
En paralelo, la cercanía del catamarqueño con el oficialismo libertario alimenta especulaciones sobre futuros alineamientos en el Congreso y sobre el lugar que podría ocupar el Norte Grande en la construcción política de Milei hacia 2026. Por ahora, Jalil cosecha un respaldo que lo proyecta como interlocutor central entre las provincias del norte y el Ejecutivo nacional.