El Gobierno publicó el decreto que redefine la estructura ministerial y reordena áreas sensibles como Interior, Deportes y Ambiente, pero la rosca de fondo expuso otro tablero: el avance silencioso de Karina Milei sobre los cargos estratégicos que hasta ahora orbitaban alrededor de Santiago Caputo. Tras el traspaso del Renaper a Interior y la permanencia de Ambiente y Turismo bajo la órbita de Manuel Adorni, comenzó a quedar al descubierto una trama mayor: la disputa por el control de Justicia, la SIDE y los organismos más pesados del Estado.
En la Jefatura de Gabinete persisten casilleros sin definir. Adorni mantiene bajo su mando carteras clave, como Asuntos Estratégicos y Relaciones Parlamentarias, donde aún no se conocen reemplazos. La Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología seguirá en manos de Darío Genua —referenciado en Caputo—, pero el vocero evalúa desprenderse de algunos de los organismos que maneja ese sector, un movimiento que podría debilitar al asesor presidencial en una zona donde históricamente acumuló poder.
La pulseada también se trasladó al Ministerio del Interior. Diego Santilli recuperó el Renaper y se aseguró el área de Deportes, una de las pocas concesiones de los Milei, aunque aún no se definió quién la conducirá. Mientras tanto, avanzan auditorías sobre Migraciones y crecen las versiones sobre un nombre de extrema confianza de Patricia Bullrich para ese rol. En paralelo, la continuidad de Mariano Cúneo Libarona quedó atada a un acuerdo directo con Karina, que le pidió quedarse “unos meses más” antes de designar a su reemplazo y bloquear, por ahora, la llegada de Sebastián Amerio.
La ofensiva de Karina se replica también en la SIDE. Sergio Neiffert, hombre puesto por Caputo, presentó su renuncia pero recibió de Karina la misma respuesta que Cúneo: “Seguí un poco más, hasta que consiga reemplazo”. Su estrategia es consolidar un gabinete bajo su órbita, con Justicia y los servicios de inteligencia como joyas centrales. El trasfondo es la derrota del caputismo tras el 26-O, cuando —según interpreta Karina— quedó saldada la interna sobre el rumbo político del Gobierno.
En simultáneo, Patricia Bullrich emerge como una aliada privilegiada. Milei y su hermana proyectan para ella un doble rol: seguir manejando el músculo político de Seguridad desde la jefatura en el Senado y promover a Alejandra Monteoliva como futura ministra, en continuidad con su impronta. Mientras tanto, sectores del oficialismo miran de reojo las ambiciones de Santilli, que ya admitió su interés por competir por la gobernación bonaerense y reordenó su cartera tras el “saqueo” administrativo previo a su asunción.
El nuevo mapa libertario se mueve con tensiones abiertas, cargos vacantes y negociaciones que se cocinan lejos de los papeles del Boletín Oficial. En ese ajedrez, Karina Milei afianza su control sobre las áreas donde se define el poder real, mientras Caputo retrocede y las fichas del gabinete quedan expuestas a una reconfiguración que promete seguir en las próximas semanas.