El Partido Justicialista volvió a marcar diferencias con la política económica del Gobierno al difundir un documento en el que denunció una “precarización laboral del FMI” y alertó sobre el deterioro del trabajo formal. Según el texto, Argentina atraviesa “un deterioro laboral sin precedentes desde la crisis de 2001”, con el cierre de más de 19.000 empresas desde fines de 2023 y la pérdida de más de 276.000 empleos formales, un promedio de 432 por día.
El documento afirmó que el fenómeno “no es aislado” sino parte de un ataque al “corazón productivo nacional”, con impactos severos en la industria, el comercio, el transporte y especialmente la construcción, que perdió más del 16% de sus trabajadores registrados. También cuestionó lo que definió como una narrativa “falsa” del Gobierno en defensa de las PyMES, al señalar que el 70% de los despidos proviene de grandes compañías y que la crisis se explica por el desplome del consumo, los salarios pulverizados y la falta de crédito.
El PJ sostuvo que la reforma laboral que impulsa el oficialismo “no nace en Argentina, nace en Washington”, al vincularla con el pliego de condiciones del FMI. Recordó que la flexibilización incluida en la Ley Bases no frenó la caída del empleo y “aceleró la destrucción de puestos de trabajo”. En ese marco, advirtió que el Ejecutivo busca consolidar “un modelo de precarización donde los trabajadores retroceden: menos derechos, más horas de trabajo y salarios más bajos”.
Frente a ese escenario, el peronismo remarcó que no se opone a una reforma laboral sino a “una precarización disfrazada de modernización”. Entre sus prioridades enumeró la recuperación del salario, la reducción de la jornada laboral y la implementación de regímenes que integren nuevas tecnologías con “protección real”, como la desconexión digital, licencias ampliadas, prevención de accidentes y participación en las ganancias. “La productividad no se logra con trabajadores atemorizados, sino con trabajadores formados y protegidos”, expresó.
El comunicado cerró citando a Eva Perón y Juan Domingo Perón, reafirmando que el país necesita “un Estado que marque el rumbo y no legalice abusos”. Y definió una postura política hacia adelante: “No seremos el laboratorio de precarización del FMI; seremos un ejemplo de trabajo digno y producción para el siglo XXI”.