06.09.2015 / Derechos Humanos

La iglesia Católica desautorizó la oposición del obispo Casaretto a los juicios por crímenes de lesa humanidad

El Episcopado católico desautorizó al obispo jubilado Alcides Jorge Pedro Casaretto, quien hace un mes dijo en la Pontificia Universidad Católica, PUCA, en relación a los crímenes de la última dictadura cívico-militar que “cuanta más justicia aplicamos, menos verdad recuperamos, y cuanta más verdad queremos recuperar, más suaves tenemos que ser en la justicia aplicada".




En su columna dominical, el periodista Horacio Verbitsky compartió hoy la noticia de que, ante una solicitud de explicaciones de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de la Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Políticas y del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Iglesia Católica desautorizó al obispo jubilado Alcides Jorge Pedro Casaretto, quien hace un mes dijo en la Pontificia Universidad Católica, PUCA, que había que privilegiar "la verdad sobre la Justicia por los crímenes de la última dictadura".

Recientemente, el presidente de la Conferencia Episcopal, José María Arancedo, ratificó lo que había dicho en el 2012 en el documento “La fe en Jesucristo nos mueve a la verdad, la justicia y la paz”. Allí, había afirmado que “cuanta más justicia aplicamos, menos verdad recuperamos, y cuanta más verdad queremos recuperar, más suaves tenemos que ser en la justicia aplicada. Tenemos que desandar esa ecuación de tanta justicia, que va en contraposición con la verdad”.

Los organismos sostuvieron que Casaretto contradijo los principios del derecho internacional de los derechos humanos, la voluntad del conjunto de las instituciones democráticas del país y la amplia mayoría de la sociedad. Ahora su superior jerárquico dice que “la reconciliación no es borrón y cuenta nueva, y menos impunidad. Es necesario el empeño en la búsqueda de la verdad, el reconocimiento de cuanto sea deplorable y la reparación en justicia de los daños causados. También debemos reconocer que el perdón y la reconciliación son dones de un Dios que nos ha hecho hermanos”.

El organizador de la Conferencia en la PUCA y el director de estudios papales del obispo Casaretto, el italiano Marco Gallo, dijo que "los juicios por crímenes de lesa humanidad son ideológicos y conducen a la venganza y el rencor". Ni siquiera como hipótesis admitió la existencia de un pacto de silencio para ocultar lo sucedido. “Puede ser que muchos miembros de las Fuerzas Armadas simplemente no supieran”. Gallo dijo que había hablado del tema con el papa Francisco, quien apoyaba la reconciliación pero que no tuvieron tiempo de tocar el tema de los juicios.

El presidente de la Corte Suprema de la Nación Ricardo Lorenzetti también apoyó a estas organizaciones de derechos humanos:  "El principio fundamental de la Convención Americana sobre Derechos Humanos es el de progresividad, por lo que no vamos a ir para atrás. Nadie puede decir que no hay respeto del debido proceso, se intenta hablar de una politización que no existe”. Según el letrado, en todos los países en que hubo tragedias de este tipo, pasado el tiempo hay política del olvido y renacimiento. "Si hay neonazis, ¿cómo no pensar que pueda haber quienes quieran que las cosas se olviden? No hay que permitirlo, porque el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad forma parte del estado de derecho. Debemos dejar a las generaciones que vienen la posibilidad de que disientan, de que critiquen, sin que sean perseguidos".