
Foto: Víctor Sokolowicz
Ni bien aterrizó en Roma, Italia, y se bajó del avión de cara a su segunda gira internacional en busca de exteriorizar la agenda diplomática de la Argentina y encontrar apoyos para la renegociación de la deuda externa que dejó Cambiemos,
Alberto Fernández despejó dos de las principales dudas que reviste lo que será su primer encuentro con el Papa Francisco desde que es Presidente: si hablarán acerca del aborto, una problemática que los separa, y acerca de quién será la embajadora ante el Vaticano propuesta por el gobierno nacional.
Por un lado, el jefe de Estado descartó que la posible legalización del aborto o el eventual envío al Congreso de un proyecto de ley respecto de la cuestión sea uno de los temas a tratar durante el encuentro que mantendrá con
Jorge Bergoglio en el Vaticano mañana.
"Tenemos cosas más importante que hablar, que son los problemas que tienen la Argentina centralmente hoy. Y esos (por el aborto) no son temas que tenemos que abordar con él. Lo que nos preocupa son la pobreza, la marginación, muchos argentinos están pasando una situación de mucha crecer. El Santo Padre siempre ha estado preocupado por eso”, respondió Fernández consultado por la prensa.
En la previa del encuentro entre Fernández y Francisco principalmente los medios instalaron en la opinión pública que la postura del gobierno argentino de promover la legalización del aborto mediante el envío de un proyecto al Congreso sería un motivo de discordia.
La realidad es mucho menos compleja y se acerca -al menos formalmente- a lo que respondió el mandatario: Fernández considera que se trata de una cuestión de salud pública y un derecho que hay que incorporar a la legislación positiva de la Argentina, mientras que las razones teológicas hacen que para Francisco se trate de una normativa que no debería establecerse en la legislación vigente.
La otra cuestión que generaba dudas en la previa al viaje a Roma también fue despejada por el mandatario a su llegada: Fernández confirmó la elección de la diplomática María Fernanda Silva para la embajada ante la Santa Sede.
"Confirmado. Ya mandé el pliego", contestó el mandatario ante medios argentinos, después de las versión que publicó en primer término Página 12 que indicaba que Silva, diplomática de carrera y quien ya había trabajado en la Santa Sede, quedaría al frente de la embajada en el Vaticano. El siguiente paso es recibir el plácet de la Nunciatura Apostólica.
La designación de Silva llegó tras algunos tropiezos, que incluyeron la caída sorpresiva de la postulación de Luis Bellando. Otro nombre que luego había circulado era el de
María del Carmen Squeff, otra mujer con experiencia en el Palacio San Martín y cercana al kirchnerismo.

Foto: Presidencia
El Presidente llegó a Roma cerca de las 13 (hora argentina), en lo que es su segundo viaje oficial al exterior, luego de su visita a Israel de la semana pasada. Hoy mismo arranca su actividad: se reúne con el director ejecutivo del Programa Mundial Alimentario de Naciones Unidas,
David Beasley.
El encuentro con el Papa está pautado para mañana, en una visita oficial tendría el mismo formato que la que le efectuó al inicio de su mandato presidencial Mauricio Macri. Sería una conversación que debe durar entre 20 y 25 minutos. “Este viaje significa mucho, para mí Francisco es un líder moral, el líder de la Iglesia Católica a la que yo pertenezco. Y para mí es un reencuentro con la Iglesia, se lo he dicho”, dijo Fernández para destacar la importancia de la cumbre.
Al concluir la audiencia papal,
el Presidente se reunirá con el premier italiano, Giuseppe Conte, y con su par Sergio Mattarella. Alberto necesita respaldo político internacional para su negociación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Se espera que en todos los encuentros explique que no tiene intenciones de defaultear y que su objetivo es lograr una prórroga de los pagos -sin condicionamientos económicos- hasta tanto haya crecido el Producto Bruto Interno (PIB) de la Argentina. "Primero crecer, luego pagar", es la frase tan utilizada y explicada por los funcionarios y dirgentes del Frente de Todos.
Conte y Mattarella coinciden con la mirada del peronismo respecto de la deuda externa y no hay dudas de que Italia apoyará la posición del país ante el board del FMI. Conocen por experiencia propia cómo impactan en la economía nacional los planes de ajuste que los funcionarios del Fondo elaboran desde Washington, como el que implementó el macrismo y fracasó.
La agenda internacional del Presidente incluye, además,
reuniones bilaterales con la canciller de Alemania, Angela Merkel; y los presidentes de Francia y España, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez.