Después de que la
Cámara de Apelaciones porteña diera paso a la cautelar que determinó la continuidad de las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires yendo en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) presidencial para evitar el avance desmedido de la
segunda ola de Covid-19,
un nuevo fallo de la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires instó a que la presencialidad de las clases no solo no sea obligatoria, sino que además se garantice la virtualidad. Continúa la espera por la decisión final de la
Corte Suprema.
La nueva resolución que fue publicada por el Juzgado en Primera Instancia en lo Contencioso, Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, se estableció que los colegios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
“se abstengan de computar las faltas y/o quita de vacantes respecto de aquellos/as alumnos/as cuyos padres y madres resolvieran la no concurrencia de sus hijos/as a los establecimientos educativos”.
“Todo ello hasta tanto la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva la cuestión planteada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires respecto a la constitucionalidad del artículo 2º del DNU 241/2021 o hasta el cumplimiento el plazo dispuesto en dicho artículo, lo que ocurra primero”, precisó el texto emitido por el juez
Guillermo Scheibler al profundizar en la necesidad de adoptar medidas necesarias con el fin de garantizar la escolaridad virtual.
En el texto se argumenta que hasta tanto se declare el fin del
Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO), o hasta que se establezcan definiciones en cuanto al control de la pandemia, los padres o representantes legales de los alumnos deben poder elegir el modo en el que sus hijos transitarán la escolaridad.
CONTEXTO INCIERTO
En el documento además se expone la situación del contexto pandémico y la repercusión por la tensión entre las administraciones de Ciudad y Nación para quienes tienen a cargo niños y niñas.
“Quienes tenemos hijos/as en edad escolar hemos sido azorados testigos en estas últimas horas de una escalada de confusión/violencia verbal/discusiones interminables/angustia indescriptibles. La palabra que quizás mejor define la sensación de una inmensa mayoría —aquí sí creo que podemos hablar de un “consenso”— ha sido la de incertidumbre. Incertidumbre respecto del camino a seguir, a cuál es la mejor política sanitaria y educativa que el momento requiere. Se trata de una realidad dramática y dinámica, frente a la cual los órganos ejecutivos competentes no están ofreciendo en este momento una respuesta coordinada”.
Asimismo el juez determinó que “
se respete la decisión de aquellas familias que decidan no concurrir a dichos establecimientos, sin que esto signifique la supresión de la vacante escolar, la quita de beca alguna, la pérdida de regularidad, ni el conteo de ‘faltas’ o cualquier otro tipo de sanción administrativa intra-escolar; y tengan el derecho a llevarlo a cabo de manera virtual o a distancia sin ninguna merma curricular”, indicaron.
"REAL ACONDICIONAMIENTO DE LOS ESPACIOS"
Para tales fines se instó a que la gestión porteña asegure
“un real y efectivo acondicionamiento de los espacios edilicios de los establecimientos educativos, así como también la correcta provisión de insumos de higiene” para aquellos que decidan asistir a clases. Además, se solicitó garantizar un “hábil e idóneo sistema de transporte” y que se complete el
“retardado plan de vacunación que inocule en su totalidad al personal docente y no docente que expresamente haya indicado su voluntad”.
Todo esto en el marco del avance de
Horacio Rodríguez Larreta en contra de las medidas de control y cuidado que decretó el presidente Alberto Fernández a través del DNU para frenar el exponencial aumento de casos positivos de coronavirus. Mientras tanto,
la Corte Suprema se declaró competente para seguir adelante con el objetivo de suspender y declarar inconstitucional el decreto que impidió las clases presenciales en Buenos Aires por 15 días por la pandemia del coronavirus.
