Tras las turbulentas idas y vueltas en el PRO, la presidenta de ese espacio y ex ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich explicó las razones de su decisión de declinar su postulación CABA. Aclaró que no sintió que Mauricio Macri “le haya soltado la mano” y de hecho, aseguró, ella le pidió que no se meta.
“
Como presidenta de Pro, yo quiero ayudar al triunfo nacional de Juntos por el Cambio. La tarea más importante en esta elección es generar un equilibrio que no le permita al Gobierno avanzar sobre la república, la Constitución y la población”, dijo la ex ministra para quien quedarse “sola como diputada en la ciudad me restaría la posibilidad de representar a toda la sociedad”. “Con lo cual, voy a recorrer el país y voy a trabajar para que ese triunfo que la sociedad nos pide sea real”, agregó.
Tambien apeló a que
“hay un grito de unidad y renunciamiento” en su decisión. “Esta es la primera muestra de unidad y el primer gesto de renunciamiento. La sociedad nos pide eso y yo lo hago en pos de la unidad. Y espero que esto mismo lo sigan mucho más, para que la gente confíe en un equipo que sabe resolver sus problemas y no que solo pelea por cargos”, sostuvo al tiempo que pidió el mismo gesto en otros dirigentes.
Puede ser leído esto como una chicana a María Eugenia Vidal, quien finalmente será cabeza de lista en la órbita porteña.
Lo curioso es la lectura política de Bullrich.”Yo estoy convencida de que esta es una elección que yo ganaba. Si yo gano una elección contra mi propio jefe de gobierno, el kirchnerismo le entra por todos lados. Y eso sería una irresponsabilidad institucional de mi parte”, señaló.
Y agregó:
“No es que no acepto ir tercera, sino que me planteo para otro lugar”. “Mi problema no es mi ubicación en la lista. A mí me toca otro lugar”, recalcó.
Por último, aseguró que no quiere
“ninguna lapicera”. “Tenemos dirigentes maduros, grandes e inteligentes en todo el país. Voy a ayudar a la búsqueda de acuerdos, a la conciliación, a conductas como las que yo llevo adelante, que las cosas sean lo mejor para la sociedad, pero yo no quiero ninguna lapicera”, insistió.