Luego de que se diera a conocer una carta que la asesora presidencial
Cecilia Nicolini, -figura clave en la negociación por las vacunas contra el coronavirus- envió vía mail a
Anatoly Braverman, director del
Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), en la que hace hincapié en la demora en la entrega de las segundas dosis de
Sputnik V en el marco de la cantidad de argentinos que están cumpliendo los 90 días desde la primera aplicación, la funcionaria salió a aclarar que no se trata de "una amenaza" como la mayoría de los medios se hicieron eco.
Esta misma fue enviada el 7 de julio pasado, y publicada este jueves por el diario
La Nación, que luego de dada a conocer empezó a ser catalogada como
“la amenaza” o el
“pedido crítico” del Gobierno a Rusia. Sin embargo la asesora de
Alberto Fernández manifestó esta mañana, que el documento era auténtico y le bajó el tono.
"Hay muchísimas llamadas y comunicaciones con Rusia. Aquí no hay lugar para cansarse, obviamente los reclamos siguen porque tenemos contratos y queremos que lleguen las vacunas”, dijo, en diálogo con
Radio Con Vos.
“El compromiso de la Federación Rusa desde el inicio es cumplir con el contrato lo máximo posible. La buena noticia es que están llegando segundas dosis y el principio activo del componente 2″, añadió.
LA CARTA
En la carta el Gobierno expresa la necesidad de recibir, al menos, un lote de 1 millón de vacunas del componente 2 para completar los esquemas de vacunación de aquellos que ya han recibido la primera dosis.
"Estamos en una situación muy crítica. Nosotros teníamos la esperanza de que, después de la conversación que tuvimos tú, Carla, Kirill y yo un par de semanas atrás, las cosas iban a mejorar. Pero han empeorado”, expresa la carta; que en otro tramo señaló que aún restan llegar dosis: "Aún estamos esperando el cronograma de entrega de julio que Usted también acordó enviarnos en esa llamada. Pero no lo recibimos. En algún punto, podríamos pensar en recibir más componente 1 que 2, o pensar nuevas estrategias, pero urgentemente necesitamos algo del componente 2. A estas alturas todo el contrato está en riesgo de ser públicamente cancelado", afirma.
Y continúa con su reclamo:
"Nosotros entendemos el faltante y las dificultades de producción de algunos meses atrás. Pero ahora, siete meses después, todavía estamos muy atrás, mientras estamos empezando a recibir dosis de otros proveedores en forma regular, con cronogramas que se cumplen”. Más adelante en la epístola remarca la demora en la aprobación de las dosis elaboradas por el laboratorio Richmond que se esperaban para el 9 de julio. "Como también mencioné una vez, estamos soportando persecuciones legales como funcionarios públicos debido a estas demoras, poniendo en riesgo nuestro Gobierno. Por favor, trabajemos juntos en una real y posible solución. Pueden contar con nosotros", concluye la carta.
En este sentido la asesora presidencial aclaró que esto se trata de parte del “constante diálogo” para recibir los inoculantes contra el coronavirus no solo por parte del
Instituto Gamaleya, sino por la totalidad de los laboratorios con los que se mantienen negociaciones y desestimó que pueda catalogarse como
“amenaza”.