La Corte Suprema de Justicia tiene este jueves a las 14 una reunión vía Zoom para llevar adelante el acuerdo extraordinario por el cual Horacio Rosatti será electo presidente del máximo tribunal en reemplazo de Carlos Rosenkrantz, que en 2018 reemplazó al magistrado Ricardo Lorenzetti en el cargo.
En un primer momento la reunión iba a realizarse el martes 14 después de las elecciones primarias pero se había aplazado hacia el 28 del corriente mes.
Finalmente en horas de la tarde, en medio de un hermetismo sorprendente, se conoció que la misma se programó para el mediodía del jueves.
Es que si bien habría acuerdo para que Rosatti, designado por Mauricio Macri por decreto pero también ministro de Justicia del Gobierno de Néstor Kirchner,
aún falta un voto decisivo entre los Supremos: se trata de Juan Carlos Maqueda, quien viene firmando varios fallos en dupla.
La vicepresidencia quedará en manos del actual presidente, que perdió muchísimo poder desde el momento en que desplazó a Lorenzetti en una maniobra que en los pasillos de tribunales le atribuyen a Fabián "Pepín" Rodríguez Simón, el jefe de la mesa judicial de Mauricio Macri, hoy prófugo en Uruguay con pedido de captura internacional de Interpol vigente.
Rosenkrantz vio esmerilado su poder desde un primer momento y él también decidió despegarse: se ha exceptuado de fallar en más de 100 causas que tenían vínculos con el macrismo o con empresas que él representó con su estudio privado.
Desde ahora, si bien todo acuerdo puede ser circunstancial al tiempo, buscarán que desde octubre la CSJN tenga "otra dinámica".
La idea de una Corte Suprema mucho más activo que en el largo letargo que ha estado en los últimos años no solo despierta preocupación en la dirigencia política, también en los históricos del Poder Judicial.
Los gremios y las asociaciones de jueces han manifestado su descontento al igual que los abogados que suelen llegar a litigar en la última instancia.
Luego de idas y vueltas, el nombre de Rosatti también despierta consenso en las terminales judiciales de las principales coaliciones políticas. Con los votos necesarios y el acuerdo de las partes, desde octubre el Supremo Tribunal tendrá una nueva etapa, lejos del proyecto "presidencialista" de Lorenzetti y de la afinidad con la Mesa Judicial de Rosenkrantz. La Corte necesita recuperar el prestigio perdido y el juego parece tender hacia el centro.
Pese a que el propio Macri lo designó, primero por decreto, en la Corte, ahora al ex presidente ya no le gusta. De hecho, hace semanas lo tildó de tener un "sesgo muy anticapitalista", llamativa forma de describir a un juez del máximo tribunal al que él mismo puso allí y que está bastante lejos de esa característica.