15.02.2022 / Causa Vialidad

Alberto en el juicio contra Cristina: negó "arbitrariedades" y dijo que juzgan "decisiones políticas no judiciables"

El Presidente declaró durante casi tres horas como testigo por pedido de la defensa de su Vice. Reiteró que el criterio para distribuir la obra pública "es político" y "la realidad es cambiante” y sostuvo que le llama "mucho la atención" lo que se debate en el juicio oral. Fuerte cruce con el fiscal.




Finalmente, el presidente Alberto Fernández desestimó presentar un escrito y declaró de manera presencial en Comodoro Py durante casi tres horas como testigo por pedido de la defensa de Cristina Fernández de Kirchner en el marco del juicio oral por la causa "Vialidad Nacional", aquella en la que se generó una maniobra para investigar presuntas irregularidades en el reparto de obra pública en la provincia de Santa Cruz.

En términos sintéticos, el mandatario respondió preguntas en las que evacuó dos obsesiones centrales de la Fiscalía y, eventualmente, los jueces: que no hubo "arbitrariedades" en la adjudicación de la obra pública a Santa Cruz durante los mandatos de Cristina en los momentos en los que él se desempeñó como jefe de Gabinete debido a cómo son esos procedimientos, y que el foco de la investigación en sí misma es insólito porque "se están juzgando decisiones políticas no judiciables".

El jefe de Estado negó la existencia de "arbitrariedades" en la distribución de obra pública nacional en general y sostuvo que le llama "mucho la atención" lo que se debate en el juicio oral por presuntas irregularidades en la provincia de Santa Cruz, al declarar como testigo y responder inicialmente preguntas de la defensa de la actual vicepresidenta.

Fernández enfatizó que se trata de "decisiones políticas no judiciables" y reiteró que no hubo instrucciones de los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner para asignar fondos para obra pública de manera específica a Santa Cruz o para beneficiar a algún empresario en particular.

El entonces jefe de Gabinete destacó que el expresidente Néstor Kirchner "siempre fue muy cuidadoso con las cuentas públicas" y remarcó que "tenía casi una obsesión con eso, que tuvo primero como gobernador y luego como Presidente".

Cuando le preguntaron cuál era el criterio para distribuir obra pública, el Presidente dijo que “son creterios discrecionales que tienen que ver con las necesidades que en cada jurisdicción se enfrentan. Eso no tiene una regla. Los criterios son criterios de lo que uno entiende de que lo que en ese momento está necesitando el país”.

Y agregó: “No hay un criterio único para distribuir la obra pública. Es política y la política es el arte de manejar la realidad y la realidad es cambiante”.

"Contestando en mi condición de profesor de Derecho Penal, la verdad me llama mucho la atención el sentido de esta causa porque se discuten decisiones políticas no judiciables. Esas decisiones de ningún modo pudieron ser arbitrarias", apuntó en una clara crítica al juicio.

Y siguió explicando: "La aprobación de un Presupuesto no es decisión de un presidente que decide cómo se gasta la plata. Intervienen muchísimas jurisdicciones, muchísimas. No hay espacio para que alguien cometa una arbitrariedad y el conjunto de los diputados y senadores la tolere porque después tiene que ir a rendir cuentas a su provincia".



Un primer momento álgido que involucró al verborrágico fiscal Diego Luciani fue cuando Carlos Alberto Beraldi, defensor de CFK, le quiso preguntar a Alberto si tenía conocimiento de la existencia de una asociación ilícita para favorecer presupuestariamente a alguna provincia. El hombre del Ministerio Público se opuso al considerar que "se trata de una pregunta contaminada y no hay duda que lo está poniendo al testigo en una situación de condicionamiento".

El Tribunal hizo lugar a la queja, pero el juez Jorge Gorini le preguntó si si cuando se desempeño como jefe de Gabinete en algún momento tomó conocimiento de un acuerdo de voluntades "a los efectos de direccionar la obra pública en Santa Cruz o favorecer a algún empresario en particular".

"Definitivamente no", respondió Alberto Fernández, que posteriormente aseguró que las reformulaciones presupuestarias "no estuvieron destinadas a favorecer a Santa Cruz ni a ninguna otra provincia en particular"


PREGUNTA REPETIDA

A Fernández le insistieron con la misma pregunta una y otra vez. Esto no fastidió al Presidente en primer término. Respondió en cada ocasión en la que no se invalidaba la pregunta. Sí molestó seguidamente a distintas defensas.

"Todos nosotros creemos que la inversión pública es un gran motor para la economía y hay un principio rector que son cuestiones de naturaleza política. Algunos creemos esto, que el Estado tiene que estar presente y motorizar la obra pública y otros creen que deben hacerlo los privados. Hace un año hubo un terremoto en San Juan y decidimos que se construyen 1000 viviendas en San Juan. El criterio fue la necesidad. En el 2003 la Patagonia tenía un infradesarrollo y hubo que hacer mucha obra. Es muy importante porque está toda la producción petrolera y pesquera", empezó el mandatario.

Y siguió: "Nosotros en 2003 o en 2009 creíamos, como me pasa a mí ahora, que la obra pública es un enorme motorizador de la economía".

Maximiliano Rusconi, abogado del exministro de Planificación Julio de Vido, se quejó de que le hicieran varias veces la misma pregunta. Sin embargo, el Presidente seguía contestado las inquisiciones del fiscal Luciani. "Quiero que entiendan que una vez que el Presupuesto, cuando es aprobado, es responsabilidad de cada ministro. Cada ministro es autónomo. No consulta al Presidente sobre cómo gasta el dinero de su ministerio", insistió Fernández.

Cuando le volvieron a preguntar, al menos por enésima vez, cómo asignaban los recursos en la Ley de Presupuesto, el jefe de Estado reiteró: "Un Presupuesto no es la decisión de un Presidente, todos los ministerios construyen sus números y eso es revisado por el Congreso nacional".



"Una vez que el presupuesto llega para ser aprobado como proyecto de ley sigue el tratamiento de cualquier proyecto de ley. Lo que quiero enfatizar es que es la ley más compleja de todas y se tiene que modificar muchas veces porque todas las provincias quieren defender sus intereses", detalló Fernández. Rusconi volvió a manifestar su queja de que el Presidente haya contestado seis veces sobre lo mismo.

Al fiscal Luciani mucho no le interesó y le hizo volvió a hacer una pregunta similar. "Me da la impresión de que no me está escuchando bien", le respondió el Presidente, ya irritado. El fiscal le respondió que lo había escuchado bien. Entonces Fernández dijo que tal vez existiera un problema de "comprensión de texto".

Luciani le pidió a Fernández que no le faltara el respeto, el Presidente le dijo que no había sido su intención, a lo que el fiscal siguió haciendo preguntas que el tribunal consideró improcedentes, e insistió en hacer consultas sobre una obra en particular. El tribunal deliberó y por mayoría decidió hacer lugar a la pregunta, que la volvió a formular: "En la planilla del presupuesto 2008 se informa un importe a devengar de 150 millones de pesos y la adjudicación fue de 225 mil persones de pesos. Hay 75 millones de pesos que faltan".

"Como le dije antes, no tenía presente ninguna de las obras, mi memoria es buena; pero no tanto, puede haber habido muchas explicaciones, pero no puedo arriesgar la explicación sobre algo que no conozco", reiteró Fernández.

Consultado nuevamente por el criterio para reasignar fondos, ya cansado de contestar lo mismo, el primer mandatario dijo nuevamente que la necesidad marcaba el rumbo. Luego hubo una pregunta concreta sobre el funcionamiento del sistema de reasignación de partidas del Presupuesto.

"Si entiendo bien, la pregunta es si los ministerios podían reasignar los recursos que yo les reasignaba. Eso se llama reasignación presupuestaria y va a ver cuánto pasa y cuánto pasó en la pandemia. Ahora una vez que los recursos son reasignados, los ministros no reasignan, los ministros ejecutan", dijo Fernández.


PREGUNTAS DE ROSCA, SÍ. DE ROSCA.

A Alberto Fernández, actual Presidente y entonces jefe de Gabinete, le preguntaron por qué renunció a su cargo en el gobierno de Cristina Kirchner.

Fernández respondió que creía que había en el gobierno un desgaste muy grande producto del conflicto porterior a la resolución 125 y que iba a ser difícil seguir adelante.


CÓMO NO, LÁZARO BÁEZ

Obviamente le preguntaron si conocía a Lázaro Báez, a lo que Fernández dijo que lo vio una sola vez en el Calafate, en el año 2003, y que se lo había presentado Néstor Kirchner.

Además sostuvo que no conocía a Austral Construcciones ni la composición de ninguna de sus empresas. "Reitero, no conozco al señor Lázaro Báez, el único diálogo que tuve con él fue ´buenos días, mucho gusto´".

El testimonio del primer mandatario fue pedido por la defensa de la expresidenta y de otros dos acusados, el empresario Lázaro Báez y el exministro de Planificación Julio De Vido a raíz de su condición de ex Jefe de Gabinete en el kirchnerismo.

Desde el reinicio del debate oral tras la feria judicial de enero ya declararon como testigos otros ex jefes de Gabinete de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, entre ellos Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina y Jorge Capitanich.

Para el lunes próximo está citado el presidente de la Cámara de Diputados y ex jefe de Gabinete, Sergio Massa, quien declararía por videoconferencia.