
La fuerte suba del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el INDEC durante febrero, de 4,7% y con los precios arriba de los 7 puntos,
le puso al Gobierno la inflación como principal problema a resolver - entre otros tantos económicos, además de los políticos- para cuando, seguramente el viernes, se despeje el camino de la deuda con el FMI e inicie el último tramo del mandato de Alberto Fernández.
Es que el propio Presidente prometió que resuelto el tema FMI
"empieza la guerra contra la inflación", en tono con lo que sucede en Europa entre Rusia y Ucrania, que por cierto afecta a todos, incluida la Argentina, en la temática precios.
En este punto,
el Poder Ejecutivo ya tiene listo un arsenal de medidas y termina de definir otras tantas, que serán anunciadas este viernes. Además, estas decisiones en materia económica vendrán acompañadas con un
ensayo por alinear las tensiones internas entre funcionarios del equipo económico que, si bien no estaban en un conflicto abierto, manifestaban ciertas desaveniencias.
Según información periodística, desde el fin de semana pasado en el Gobierno ya tenía información anticipada sobre el golpazo de los precios. Desde ese momento y hasta este viernes siguen los diálogos entre los Ministerios de Economía, Agricultura y Desarrollo Productivo, incluida la Secretaría de Comercio Interior, para ajustar decisiones y consensuar un camino común.
Los encontronazos que hasta acá tenían las “recomendaciones” de Roberto Feletti con los ministros Matías Kulfas y Julián Domínguez, que fortalecían a los empresarios y otros lobbistas del sector privado para negociar donde más les convenía - o sea donde les dejaran "hacer" - deberían desaparecer.
La orden que ahora dio Alberto Fernández es que Martín Guzmán coordine la "guerra" contra la inflación, más en una función de mediación entre los ejecutores que se chocaban entre sí. Si hay éxito en las negociaciones a puertas cerradas, no habrá cambios en el Gabinete.
En primer lugar,
trancendió que se anunciará la creación de nuevos fideicomisos y la profundización de los Precios Cuidados, para abaratar los alimentos.
El Gobierno anunciará un nuevo fideicomiso para la compra de trigo con la idea de poner tope al aumento del pan vía harinas. En segundo lugar, saldrá una nueva tanda de Precios Cuidados, con intensificación de los controles de las góndolas para garantizar presencia de productos. En tercer lugar, otras medidas que están haciendo la danza de la negociación.
Son tres las ideas que se dialogan sin confirmación por estas horas. Es más un "no se descartan": subir un par de puntos las retenciones a las exportaciones de aceite y harina de soja para financiarlo; buscar un modo de regular algunos precios de los productos frescos, como las verduras y frutas que subieron fuerte en febrero (la lechuga un 72,7%; el tomate redondo un 40,8%, la cebolla 30,8%, el limón 27%, la naranja 19,8% y la papa 16,3%); volver a establecer precios fijos para algunos productos de la canasta familiar, como fideos y harina.
En el caso de los fideicomisos, medida que se había filtrado incluso semanas antes de la escalada inflacionaria que se confirmó ayer, se sabe que serán varios y que se buscará a través de ellos desacoplar los precios internos de la inflación mundial, que se monta en la guerra Rusia-Ucrania.
Por supuesto, también configura una idea que tiene en mente Feletti, que es que la mano del Estado esté atenta a que los negocios privados no metan especulación, como mencionó el presidente Fernández, en los bolsillos de la gente.