El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, convocó a una conferencia de prensa en la Gobernación para analizar el reciente fallo de la jueza estadounidense Loretta Preska, que ordenó ceder acciones de YPF a fondos buitre. Kicillof apuntó directamente a las decisiones tomadas en la década del ’90 y advirtió que sus consecuencias perduran hasta hoy.
“La privatización fue una verdadera desgracia y una catástrofe”, afirmó el mandatario, al exponer que aquella venta se “reflejó en la caída de un 50 por ciento de las reservas de petróleo” de la compañía estatal. Con ese dato, buscó ilustrar el “vaciamiento” que sufrió la principal petrolera nacional durante la era menemista.
A lo largo de su exposición, el gobernador repasó la trayectoria de Repsol en el país, los números de la petrolera tras su expropiación y el superávit energético logrado en los últimos años. “Se trata de un disparate jurídico y de una intolerable intromisión sobre nuestra soberanía”, sostuvo Kicillof al criticar la intervención de la justicia norteamericana sobre los activos de YPF.
En contraste con el presidente Javier Milei, quien responsabilizó al gobernador por el desenlace del juicio, Kicillof denunció “el vínculo fluido” de Milei con Estados Unidos. “Algunos todavía se preguntan por qué Milei viaja tanto al país desde el cual salió este fallo; se nota mucho…”, lanzó, en clara alusión a los constantes viajes presidenciales.
Asimismo, el gobernador ratificó el compromiso de la Provincia con la empresa estatal: “Frente a esta nueva agresión de los buitres, que cuenta ahora con la complicidad del ‘topo’ en la Casa Rosada, desde la Provincia de Buenos Aires respondemos: YPF no se vende”.