Con la aprobación de la primera revisión del programa de Facilidades Extendidas firmado este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) autorizó un nuevo desembolso por US$2000 millones para la Argentina. Sin embargo, el aval llegó condicionado a una nueva tanda de exigencias con énfasis en la profundización del ajuste fiscal para avanzar en la acumulación de reservas, algo que el Ejecutivo le quedó debiendo al organismo y que le valió la emisión de un waiver.
El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que como parte de la negociación se flexibilizó la meta de reservas, que ahora será US$5000 millones, es decir, más baja que la original. Según explicó, esa reducción es “más lógica” y se ajusta al comportamiento real de los flujos de divisas. Pero esa holgura no es gratuita, ya que el propio Caputo reconoció: "Nos piden que acumulemos menos durante este año y más después”, lo que se traduce más exigente para 2026.
El cronograma original obligaba al Banco Central a incorporar US$8900 millones entre marzo y diciembre, una meta que el Gobierno no cumplió a mediados de junio, como reconoció el FMI en su comunicado. Aun así, el staff técnico valoró las compras que el Tesoro realizó después de esa fecha y consideró que se tomaron medidas “correctivas” para acercarse a los objetivos.
Además del frente cambiario, el Fondo remarcó que es imprescindible avanzar con “reformas bien secuenciadas” para afianzar el programa. Entre ellas, mencionó cambios en el régimen laboral para promover el empleo formal y facilitar la movilidad, así como mejoras en los incentivos a la inversión extranjera directa y la reducción de “impuestos distorsivos” a las exportaciones. El objetivo, subraya el organismo, es consolidar el proceso de desregulación y "apertura comercial".
En paralelo, el FMI apuntó a la necesidad de fortalecer el marco tributario, en principio, introduciendo nuevas reformas fiscales, en línea con el plan de ajuste impulsado por el Ejecutivo. A su vez, instó a lograr mayor claridad en el régimen monetario, al considerar que eso permitirá “contener la volatilidad de las tasas de interés” y contribuirá a “consolidar aún más la desinflación”.
Caputo, en una aparición conjunta con el presidente Javier Milei en un canal de streaming, trató de mostrarse confiado respecto al impacto del nuevo acuerdo en los mercados. Dijo que la baja en la meta de reservas “debería facilitar la reinserción de la Argentina en los mercados de capitales”, aunque algunos analistas financieros se muestran escépticos y advierten que el recorte podría interpretarse como una señal de debilidad.
El desembolso aprobado por el directorio llegará el lunes, según informó el ministro. Sin embargo, este viernes el Gobierno deberá afrontar un vencimiento por intereses por unos US$830 millones. El último giro está previsto para fin de año y los fondos restantes llegarán en tramos más pequeños, de aproximadamente US$500 millones, entre 2026 y 2029.