A menos de 72 horas del vencimiento del plazo para inscribir alianzas y listas, y luego del fracaso de las negociaciones con La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri convocó este martes a las 11 de la mañana a la mesa chica del PRO para definir si competirán con sello propio o reactivan un frente ampliado ante la resistencia de su primo y Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, de ceder a que los libertarios tomen el control total del armado electoral. Asimismo, el líder del partido acusó al oficialismo de querer imponer “una posición totalmente dominante” en el armado electoral.
Antes de entrar, el expresidente aclaró que la prioridad del PRO sigue siendo “ayudar a gobernar” y que su intención fue siempre contribuir a la gobernabilidad, aunque remarcó que lo ofrecido por los libertarios era “inadmisible” para el partido, ya que se trataba de cederles las dos candidaturas al Senado y aceptar sólo dos lugares en la lista de Diputados, a cambio de ir bajo la boleta de Javier Milei. Ante este panorama, reflotó la posibilidad de una versión porteña de Juntos por el Cambio con figuras del radicalismo incluidas.
En paralelo al debate estratégico, Macri dejó en claro que aún hay margen para un entendimiento, pero con condiciones más equilibradas: “Lo que falta entre las partes es encontrar un lugar de comodidad para poder trabajar en conjunto”, deslizó ante la prensa. Además, setenció que "está fuera de discusión" la idea de ceder el armado total al libertarismo.
Asimismo, dejó ver su desacuerdo con algunos aspectos de la gestión mileísta. "Lamentablemente, no ha sido lo que la Argentina necesitaba, por eso seguimos con este nivel de riesgo país y con problemas para que Argentina vuelva a crecer”, analizó, y por ese motivo es que la reunión del PRO no solo fue para determinar la postura porteña ante los comicios que vienen, sino también "debatir" la situación general.
En representación de los violetas asistieron la jefa del bloque oficialista en la Legislatura y aliada directa de Karina Milei, Pilar Ramírez, y Ezequiel Sabor, exsubsecretario de trabajo, quien ofició como enlace del PRO. Pese a que existía una expectativa de cerrar el acuerdo por los vínculos entre ambos negociadores, las conversaciones terminaron por romperse durante el fin de semana.
Mientras se barajan los escenarios posibles, María Eugenia Vidal comienza a perfilarse como eventual cabeza de lista a Diputados por el PRO en caso de una boleta pura. Según trascendió, la exgobernadora ya avisó que no está dispuesta a compartir fórmula con candidatos libertarios, pero sí a competir si el partido mantiene su sello y controla el armado.
El mayor dilema sigue siendo el Senado, ya que si el PRO vuelve a quedar tercero, no obtendría representación en la Cámara alta. Entre las alternativas se discute si apostar por una figura con visibilidad, que traccione votos para la categoría de Diputados, o apelar a un perfil técnico y testimonial como Hernán Lacunza, que ya sonó en esa fórmula sin mayores costos políticos.