El sueño del 0 km volvió a alejarse para millones de argentinos: el inicio de agosto trajo una nueva actualización de precios en las automotrices, con subas que van del 3% al 12%, según marca y modelo. La medida responde al salto del dólar oficial y al intento del sector por recomponer márgenes, en un contexto de ajuste profundo promovido por el gobierno de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo.
El Grupo Stellantis (Fiat, Peugeot, Jeep, RAM, DS) fue el primero en mover fichas: aumentó un 12% sus precios de lista, aunque aplicó bonificaciones para morigerar el impacto en el cliente final. Ford siguió con ajustes del 3% en promedio, mientras que Toyota elevó sus valores un 3,5%. Todas coincidieron en justificar los incrementos como una respuesta a la devaluación y la brecha cambiaria.
Volkswagen no se quedó atrás y subió sus precios un 5%, con especial foco en autos y pickups, mientras revisa condiciones de financiación que podrían modificarse en las próximas semanas. Renault, por su parte, aumentó un 4% su gama completa, con algunas excepciones en modelos eléctricos como el Megane y Kangoo E-Tech.
A pesar del buen nivel de patentamientos en julio, la presión cambiaria y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones hacen cada vez más difícil el acceso a un vehículo. El plan motosierra impacta también en las concesionarias: ajuste, inflación y dólar por las nubes son parte del mismo “plan”, aunque el Gobierno insista en que “todo marcha de acuerdo”.