Desde el hotel de Puerto Madero donde se realizó la gala de la fundación Faro, la organización política y financiera que dirige Agustín Laje, el presidente
Javier Milei elogió su propia gestión y la comparó con la de Carlos Menem, una de sus mayores referencias políticas. “Estamos haciendo el mejor gobierno de la historia. Hasta ahora, el mejor gobierno había sido el de Menem”, celebró ante el público.
Con entusiasmo, Milei subrayó que su gestión logró “bajar la inflación de una manera mucho más rápida y sin expropiaciones”, sin contemplar que, tras las elecciones, el INDEC comenzará a aplicar una nueva fórmula para calcular la inflación basada en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), por presión del FMI, un cambio metodológico que podría arrojar resultados menos favorables del impacto real de los precios sobre el consumo cotidiano.
Al margen de ello, contrastó su modelo económico con el aplicado en los años noventa: “No hicimos Plan Bonex ni tampoco fijamos el tipo de cambio”, aclaró. El mandatario presumió, además, en que su reforma estructural es “28 veces más grande de la que hizo Menem”, con más de 8.000 cambios en año y medio.
El encuentro también funcionó como plataforma electoral, porque ahí dentro Milei reafirmó su apuesta por las elecciones legislativas de septiembre y planteó que un eventual triunfo en la provincia de Buenos Aires significaría un hito político: “Si en septiembre llegáramos a ganar la provincia de Buenos Aires, le habremos puesto el último clavo al ataúd del kirchnerismo”. “Es mucho más que un distrito lo que se juega”, insistió.
En clave más ideológica, el Presidente aprovechó la exposición para ratificar su decisión de vetar el aumento de las jubilaciones. “Los que tanto reclaman por las jubilaciones son los mismos que las vetaron”, afirmó. Y en tono provocativo, lanzó que, de ser "cierto que no se llega a fin de mes, al caminar por la calle, estaría llena de cadáveres”.
La cena cerró con discursos sobre la “batalla cultural”, en palabras del propio Milei y del anfitrión Agustín Laje, que remarcó la necesidad de sostener las reformas en el tiempo.