29.09.2025 / POLÉMICA

LLA - PRO: con Milei débil, Macri huele sangre y especula con Santilli ante el escándalo narco de Espert

Con Milei debilitado y el campo en pie de protesta, el PRO olfatea oportunidad y le sube el precio al pacto con La Libertad Avanza. el dato que encendió las alarmas: un giro de u$s 200.000 desde la red off-shore del financista narco Fred Machado a nombre de José Luis Espert. en medio del tembladeral, Macri reclama cargos —quiere a Federico Pinedo en Cancillería— y Santilli evalúa bajarse.





El ex presidente Maurcio Macri ya no disimula la presión: reclama lugares concretos en el gabinete a cambio de garantizar gobernabilidad en los dos años que le quedan al mandato de Javier Milei. En la lista de exigencias aparece un punto central para la política exterior: promover a Federico Pinedo como canciller, una jugada que reordenaría la relación con Brasil, China y los organismos internacionales bajo la impronta del PRO. El movimiento llega en paralelo a la crisis que sacude a la alianza oficialista por los escándalos y el desgaste con el campo. En ese vacío, el expresidente olfatea oportunidad y empuja una fusión por arriba con la que pretende administrar la agenda económica y la negociación parlamentaria del Presupuesto 2026, capitalizando los votos amarillos que ya operaron a favor de la ley de gastos.

Mientras se encendían las broncas en el interior bonaerense, en Miami avanzó una trama pesada. En papeles que ya circularon por tribunales argentinos, investigadores de Estados Unidos detectaron una transferencia por 200.000 dólares a nombre de José Luis Espert en 2020, canalizada vía Aircraft Guarantee Corporation desde la red off-shore del financista narco Fred Machado. Ese apunte contable conectó al candidato libertario con un sistema internacional de lavado: la DEA y la justicia norteamericana lo anotaron como beneficiario directo de plata sucia. El golpe político fue inmediato.

El acto que Santilli iba a compartir con Espert terminó en papelón. El dirigente del PRO quedó solo en el quincho, con discurso improvisado y rodeado de productores furiosos. En su entorno empezó a correr una definición drástica: evalúa bajarse para no quedar atrapado en una red de transferencias narco y repudio rural. En paralelo, Mauricio Macri olió la sangre: exige cargos en el gobierno de Milei para acordar apoyo en los dos años que restan y empuja a Federico Pinedo para la Cancillería. La foto de debilidad presidencial reordenó la mesa chica de la derecha.

Patricia Bullrich, que juega a dos puntas, mandó guiños a Macri y blanqueó el operativo convergencia. “El acuerdo está, nosotros estamos yendo juntos en una cantidad importante de provincias”, “¿Qué sentido tiene competir cuando se puede ir juntos?”, “Que falte este diálogo [con Macri], será cuestión de restablecerlo”, “O avanzamos en el proyecto capitalista de libertad (...) o retrocedemos a lo peor, a lo que está describiendo Kicillof cuando describe la economía”, dijo. El mensaje fue claro: el PRO busca capitalizar la crisis libertaria y avanzar en un nuevo reparto de poder, mientras el campo se planta y el caso Espert amenaza con arrastrar a todo el armado LLA-PRO.