10.11.2015 / Opinión

La devaluación es la punta de lanza

Análisis sobre los principales lineamientos de política económica a aplicar por Mauricio Macri si es electo presidente.

por Leandro Ziccarelli




Fuera de todo maniqueo político, el equipo económico de Mauricio Macri ha sido claro a la hora de dar los principales lineamientos de política económica a aplicar, de ganar la elección, luego del 10 de Diciembre. Entre las principales medidas se destacan la liberalización del mercado cambiario (es decir, el inmediato levantamiento del CEPO) y la devaluación del peso en torno a un 60%, según declararon recientemente en sintonía Melconián y Prat Gay. El impacto de esta medida de shock en el corto plazo es fácil de divisar: fuerte incremento de los precios y liquidación de las reservas que, según vienen manifestando curiosamente desde el mismo espacio, en la actualidad  son insuficientes. Con esto, aparte de la significativa escalada inflacionaria, se potenciaría fuertemente la presión sobre la nueva cotización del dólar.

Estos desequilibrio, generados por el plan de corto plazo, están muy lejos de ser casuales. Por el contrario, tienen la intención puntual de generar una inestabilidad tal que siente las condiciones económicas, políticas y sociales para la aplicación de un pretencioso programa de gobierno caracterizado por el ajuste estructural, el endeudamiento externo y la apertura económica irrestricta para “disciplinar los precios internos”. En ese esquema, la llegada de divisas al país, combinada con levantamiento de las restricciones a la movilidad de capitales y al control de importaciones, generará necesariamente una doble dinámica de Deuda-Importaciones y Deuda- fuga. El primer aspecto no es para nada despreciable, en el marco de la crisis mundial actual muchas potencias están financiando a países emergentes para que éstos compren sus producciones excedentes. Es decir, nos prestarían para que les compremos los productos que no pueden colocar en sus mercados por la caída del consumo. Asimismo, respecto de la segunda dinámica, la sistemática omisión de aspectos productivos e industrialistas en el discurso de los economistas de Macri dan la certeza de que los dólares ingresantes no irían a financiar el crecimiento industrial u obras de infraestructura, sino más bien tendrían como destino el de saciar la demanda de fuga de capitales latente en algunos grandes actores de la economía. Esto tampoco es algo innovador y se debe principalmente a que en la concepción ideológica de Macri y sus asesores económicos, la industria es un consumidor ineficiente de divisas por lo que la misma debe ser sometida a la competencia internacional, aún aunque ello signifique la desaparición de las fábricas y con ello los puestos de trabajo.

De fondo, la intención del macrismo es la virar del actual esquema macroeconómico con centro en la actividad productiva y un Estado que controla, administra y hasta produce en determinados sectores; a un esquema liberal desregulado con centro en la actividad financiera. Claro está que “el cambio” no puede realizarse de un día para el otro, por lo que desde la fuerza política que
lidera Mauricio Macri saben de la necesidad de generar un desequilibrio significativo en el corto plazo que profundice las dificultades inflacionarias y cambiarias. Esto permitiría justificar como única salida viable el ajuste, el libre comercio y el endeudamiento externo.

Leandro Ziccarelli   Investigador becario del CCC