En una conferencia de prensa, Abuelas de Plaza de Mayo presentó a Mario Bravo, el nieto recuperado número 119, quien conoció a su mamá.
Lo presentó Estela de Carlotto, que expresó: “Estas cosas no pasan por milagro, ni tampoco por soledad o por magia. Estas cosas pasan porque el pueblo argentino, en paz y sin violencia, abre caminos que asombran el mundo entero. Se encontró otro nieto, Mario”. "Es la quinta madre que se encontró con su hijo que le quitó la dictadura", agregó.
Luego contó la historia de Sara -la madre del nieto restituído- que nació en 1956 en Tucumán. "Cuando volvía del trabajo, fue interceptada por un auto y la llevaron a una comisaría, luego a la cárcel de Villa Urquiza, donde estuvo desaparecida y dio a luz en cautiverio. El bebé le fue arrebatado por una enfermera y jamás lo volvió a ver", relató Carlotto. Sara fue liberada en diciembre de 1976.
"Vivió atemorizada por el martirio que le tocó vivir. Treinta años más tarde se puso en contacto con la secretaría de Derechos Humanos y luego con la secretaría de DDHH de la Nación. En septiembre de 2007 su sangre fue ingresada al banco nacional de datos genéticos”, explicó la titular de Abuelas.
“Mientras tanto, el jóven fue haciendo su propia búsqueda. Siempre dudó sobre sus orígenes”, contó Estela.
Luego, tomó la palabra Mario Bravo:
"De repente te encontrás en todos los medios. Ves pasar la película de tu vida en blanco y negro. Te acordás de todo lo que viviste. Pensás que también te buscaban y pensás que le faltaste a esa familia durante todos estos años. Pero ahora hay que ser positivos, pensar para adelante. Lo que pasó es muy feo, pero ya está. Tengo la suerte de haber encontrado a mi mamá con vida y eso es un milagro. Tengo que aprovecharlo".
"El encuentro fue muy lindo, emotivo, te mueve muchas cosas, más cuando sos padre. Mi madre es hermosa como yo. Agradezco a todos los que componen Abuelas y Conadi, dan una contención impresionante, la fuerza para que uno venga. Hay que animarse, porque todos estos seres de luz que me crucé en estos días, me dieron confianza, contención para conocer mi historia", continuó.
"Hay que ser consciente de que te están buscando. Lloramos mucho, fueron 38 años de búsqueda. Escuchó mi llanto y ahora mi voz, después de 38 años. Tengo un grupo de Whatsapp que me hicieron mis sobrinos que se llama 'bienvenido tío Mario'", cerró Mario Bravo.