04.10.2016 / ALARMA POR LA DETENCIÓN DE UN NENE DE 8 AÑOS

“Él preguntaba si lo iban a llevar con la mamá y la jueza ordenó secuestrarle las zapatillas, las únicas que tenía”

Fue acusado de robarle a otro chico en un pelotero, trasladado en un patrullero y retenido cuatro horas. Y no fue el único caso: en junio, se denunció penalmente a un nene de 9. “Lamentablemente es bastante común: en el último mes, de 13 años para abajo tuve 14 chicos en la Ciudad”, advirtió el defensor público.

por Luciana Rosende




El caso del nene de ocho años que fue acusado de robar un par de zapatillas en un pelotero, trasladado en patrullero y detenido durante cuatro horas, no fue el único. En junio, un niño de nueve fue denunciado penalmente por llevarse un producto de limpieza y otro de perfumería de un supermercado. “Lamentablemente es bastante común: en el último mes, por ejemplo, de 13 años para abajo tuve 14 chicos en la Ciudad. Es muchísimo”, advirtió Gustavo Gallo, Defensor de Menores de la Defensoría General de la Nación. En las cuatro horas que permaneció retenido, el chico -que está escolarizado y vive en Fuerte Apache- “preguntaba si lo iban a llevar con su mamá”.

El hecho ocurrió el viernes, en el pelotero de un McDonald’s de Liniers. Fue la empresa la que llamó a la Policía, a partir del reclamo de una madre que acusaba al niño de haberse llevado las zapatillas de su hijo. “Quien llama es la empresa, actúa la Comisaría 44 y le da intervención a la jueza de turno, Silvia Sassano (Juzgado Nacional de Menores Nº 2). Su secretaria plantea la cuestión de permanencia en el centro de detención”, relató Gallo, en diálogo con Política Argentina. “El nene estaba solo. Me parece que esa es una estigmatización importante. Estaba solo y le deben haber preguntado dónde vivía y dijo ‘Fuerte Apache’ y lo mandaron (detenido), porque tiene que ver con esta persecución que hay a los sectores más vulnerables”, sostuvo el defensor público, que asiste a menores de 16 años a quienes se imputa la comisión de delitos.

“Es una cosa muy grave. Es un pibe en un pelotero, un nene de ocho años. Él estaba jugando. Si alguno fue alguna vez a un pelotero, que se dejan los zapatos afuera, sabe que se pueden perder. Además ahí también hay una mamá que se ve que estaba con el otro pibe e incitó a que intervenga el de seguridad para devolver las zapatillas a su hijo. La dinámica que cobra es terrible. La situación esa, el traslado en un patrullero, las cuatro horas detenido”, describió Gallo. En la causa principal, por “averiguación de hurto”, el nene va a ser declarado no punible por tener menos de 16 años. “Hasta que lo hagan, queda el proceso abierto para un chico de ocho años por una averiguación de hurto. Porque tampoco está calificado como hurto, sino averiguación. Ni siquiera queda muy claro lo que pasó”, dijo el abogado. Además la Justicia puede disponer de su tutela, aunque hasta el momento no lo hizo.

Durante la detención “el nene estaba bien, preguntaba si lo iban a llevar con su mamá. La jueza ordenó secuestrar las zapatillas, que además eran las únicas que tenía el pibe”, resaltó el abogado. Durante las cuatro horas en las que permaneció detenido, el nene estuvo con personal del Centro de Atención y Derivación (CAD), pero fue personal policial el que le tomó las huellas dactilares, por disposición del juzgado. “La justicia penal debiera ponerlos a disposición del juez civil y que éste tome la medida adecuada, con control del organismo administrativo competente -que en este caso es el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes-, que debiera tener una política pública adecuada –que no la tiene- para estos chicos”, alertó el defensor.

La detención del nene de ocho años –y de todos los menores de 16- se da en el marco de la Ley 22.278, que fue sancionada por la última dictadura y establece el régimen penal de minoridad vigente. “Pero si bien tenemos ese decreto-ley, tenemos también una Convención sobre los Derechos del Niño que está incorporada en la Constitución -señaló Gallo- y para los menores punibles plantea que la institucionalización debe ser la medida de última ratio, cuando no existen otras medidas, por el más breve tiempo posible.  Y acá a un no punible lo tuvieron detenido, cuando en realidad se podría haber solucionado de otra manera”.

“El policía tendría que haber llamado directamente al Consejo de Derechos”, dijo a este medio Florencia Gentile, plenarista del Consejo de Derechos de Niñas Niños y Adolescentes por la Legislatura. A raíz de este caso y tras una sucesión de hechos que comenzó con la represión a nenes y nenas de una murga en el Bajo Flores a principios de año, propuso que el plenario del Consejo emita una recomendación “para que todas las fuerzas de seguridad incorporen desde su formación un marco de regulación de derechos de niños y adolescentes”.

Gentile advirtió que la detención del nene de ocho años no fue algo aislado. “Hubo dos casos la semana pasada de violencia institucional hacia niños y adolescentes: la detención del chiquito y la tortura a dos adolescentes de la Garganta Poderosa. Creo que hay que interpretarlos en conjunto. Es una tendencia que ya se venía produciendo el año pasado (así lo reflejó un informe de Procuvin) y que vemos que se pronunció desde que la línea política que actuaba en la Ciudad está a nivel nacional”, resaltó.

“Se acrecienta una mirada policíaca sobre ciertos sectores sociales. La violencia institucional no se distribuye homogéneamente. Está concentrada en los barrios del sur y sobre pibes pobres”, concluyó. Para revertir eso, trabaja desde la Legislatura y junto a dos diputados del Frente para la Victoria-Nuevo Encuentro, Andrea Conde y José Cruz Campagnoli, en un proyecto que incorpore una perspectiva de derechos humanos en la nueva policía porteña.