El Senado avaló este miércoles ocho decretos de necesidad y urgencia firmados por Alberto Fernández, entre ellos dos que podrán marcar el destino del espionaje local: la prórroga de la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) hasta diciembre y la prohibición a los agentes de realizar tareas de auxiliar judicial.
Se trata de una función que le habilitaba, en carácter excepcional, la ley de inteligencia 25.520, pero en los hechos permitió una convivencia entre los jueces y los jefes de la ex Side, con espisodios como los que forman parte de las denuncias por espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri.
Ocurre que cualquier instancia judicial podía servir como excusa para intervenir teléfonos o perseguir funcionarios con la estructura de la inteligencia, que está a cargo del presidente de turno. Los decretos se aplican desde su publicación y sólo pueden ser rechazados por las dos cámaras.
De esta manera, la aprobación del Senado lo deja firme para siempre y ningún juez podrá llamar a un agente para que lo ayude a investigar.
Oscar Parrilli aprovechó la ocasión para mencionar sus conversaciones con Cristina Kirchner ni bien dejaron el Gobierno que se filtraron en los medios y se habían originado en causas judiciales recién iniciadas.
"Lo que estamos viendo es que cuando nos escuchaban, había intervenciones directas a nuestros teléfonos y todos los días se las llevaban. Pero al ex presidente Mauricio Macri le piden que muestre su teléfono y se niega".
"Ojalá no sea cierto todo los que nos han contado, porque si no, hubo muy poca democracia estos cuatro años en Argentina", cerró el ex secretario general de Cristina, quien ya estaba a cargo de la sesión, que duró casi 10 horas.
El jujeño Guillermo Snopek sostuvo que hay que "terminar con la promiscuidad y con esa confusión entre la Justicia y los organismos de inteligencia, un sistema de persecución política armado para entrometerse en la privacidad de los actores políticos".