Decenas de efectivos de la Policía Bonaerense acudieron a la Residencia de Olivos con patrulleros y circularon por las inmediaciones haciendo sonar la sirenas, uniformados, con banderas de Argentina, redoblantes, banderas y sus armas reglamentarias, con el exteriorizado propósito de pedir mejores condiciones de trabajo y un aumento salarial, que ya fue anunciado y mañana será precisado.
Los patrulleros fueron estacionados a 45 grados en la Avenida Maipú y los efectivos hicieron sonar las sirenas. Luego acudieron al ingreso de la quinta de Olivos donde vive el presidente, Alberto Fernández, para hacer sonar los redoblantes.
Los efectivos de la Policía Bonaerense había realizado una protesta similar frente a la casa de la gobernación bonaerense en La Plata, donde en la madrugada del martes se manifestaron con las sirenas y quemaron gomas.
El secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, salieron a dialogar los agentes. Les ofrecieron conformar un grupo de ocho personas para ingresar a dialogar con el propio Alberto. La respuesta fue una negativa. A la hora de justificar esa negativa ante la prensa, quien oficía como vocero del reclamo pronunció una mezcla de ideas: que no tienen que hablar "con el señor Presidente" pero que están en Olivos "para que los vean", aunque sí dialogarían "si sale el Presidente" o si pueden "entrar con cámaras".
Esta tarde, a las 18, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; la vicegobernadora, Verónica Magario; e intendentes de la Provincia acudirán para reunirse con el jefe de Estado.