24.11.2020 / Escandaloso

La AFI de Macri espió a la modelo que viajó con Nisman a Cancún para ensuciar la causa por la muerte del fiscal

Con las "precausas" como excusa, la ex SIDE de Gustavo Arribas, el amigo "tramposo" de Macri, involucró a Florencia Cocucci, una de las mujeres que viajaron en 2014 a Cancún con Nisman, en un supuesto acto de terrorismo internacional por un aviso de España que jamás existió. La idea habría sido escucharla para fortalecer la alocada hipótesis del homicidio "iraní-venezolano".




Los movimientos del esquema y la banda del espionaje ilegal, como ramificaciones orgánicas e inorgánicas, que desplegó el gobierno de Mauricio Macri durante sus cuatro años de gestión alcanzan ribetes propios de una serie de Netflix, con todos sus condimentos de escándalo. 

Particularmente, salió a la luz en las últimas horas que la Agencia Federal de Inteligencia que comandó el "tramposo" -así justificó Macri su elección para el cargo- ex representante de futbolistas Gustavo Arribas hasta diciembre de 2016 inventó una "precausa" sobre un supuesto acto de terrorismo internacional para involucrar a una modelo que viajó a Cancún con el fiscal Alberto Nisman y así espiarla y escuchar sus comunicaciones durante la segunda mitad de 2016 con el propósito de usarla para fortalercer la alocada hipótesis macrista del asesinato del fiscal por parte de un "comando iraní-venezolano".

Según publicó Página 12, se trata de la modelo Florencia Cocucci, una de las mujeres que viajaron en octubre de 2014 a Cancún con Nisman y cuyas imágenes se viralizaron poco después de la muerte del fiscal.

La operatoria de la AFI de Macri y Arribas fue así: el 5 de agosto de 2016, el organismo de inteligencia informó al juzgado federal de Sebastián Ramos que había recibido un alerta de España, que involucraba a Cocucci en una célula terrorista, vinculada a ISIS, que planeaba un atentado en Madrid.

Si bien parece bastante poco creíble, el juez debe proceder. Según los datos que aportó la AFI, la policía española había recibido una comunicación de una persona de nombre Juan Carlos -sin apellido ni mayores datos-, que había dicho que la modelo era parte de un grupo terrorista junto con un sirio, un libanés y un venezolano.

Como se trataba de un caso de terrorismo internacional, Ramos autorizó que se realizaran las escuchas para ver si efectivamente estaban ante un hecho que debía investigarse. La AFI escuchó a Cocucci, a la madre y al hermano, que tenía un taller automotor. No consiguieron nada extraño ni vinculado a la supuesta "precausa", pero aún así Arribas y Silvia Majdalani pidieron una prórroga para seguir escuchando por un mes más. El juez lo rechazó y todo quedó en la nada.



Lo que se conoció confirmado ahora por la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia, que preside Leopoldo Moreau, es que todo fue una operación falsa. El grupo de legisladores del Congreso Nacional recibió información tanto del juzgado que intervino como de la Policía Nacional del Reino de España, la excusa de la AFI para abrir la “precausa”, y desde Madrid confirmaron que no habían tenido intervención.

Es decir, no existió ningún hombre que mencionó a Cocucci ni ningún llamado a la AFI ni nada de lo que inventaron Arribas y Majdalani. Así las cosas, quedan pocas dudas de que se trató de un artilugio de la ex SIDE macrista para espiar a la modelo justo cuando la causa por la muerte del fiscal del caso AMIA estaba por pasar definitivamente a los tribunales de Comodoro Py, donde se instaló la línea del homicidio.


¿POR QUÉ EL MACRISMO INVENTÓ UNA "PRECAUSA" PARA ESPIAR A COCUCCI?

Estando claro que no existió el elemento de sospecha que motivaba la "precausa" que impulsó la investigación formal, se llega a la conclusión de que las interceptaciones de las comunicaciones de Cocucci coinciden con el lapso de tiempo anterior a que la Corte confirmara que la causa por la muerte de Nisman debía dejar el fuero ordinario -donde había tramitado en un principio de la mano de la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini- para pasar al fuero federal.



En el fuero federal, la investigación quedó en manos del fiscal Eduardo Taiano y del juez Julián Ercolini. Luego llegó la cuestionada pericia de Gendarmería, bajo mando de Patricia Bullrich. 

Justo en ese mismo lapso temporal, la modelo se presentó a declarar ante Taiano. Antes lo había hecho ante Fein en marzo de 2015. Ante el fiscal federal tuvo que hacerlo el 28 de septiembre de 2016 y el 19 de octubre de 2016.

Las declaraciones de Cocucci estuvieron centradas en explicar el viaje con Nisman y otra modelo a Cancún. La versión que declaró es que fueron contratadas a hacer fotos a México -aunque no pudo precisar por quién- y que Nisman se había ocupado de todos los detalles por ser abogado, a la vez que fiscal AMIA.

El 21 de octubre pasado, la Bicameral recibió una contestación de la Policía de España: informó que no tenía identificado al supuesto denunciante, ni se comunicó con la AFI ante un alerta ni hubo cooperación entre los dos países por este tema. Todo un invento, con bochorno internacional incluido, de los espías PRO.

Desde la Bicameral tienen una hipótesis a la que, si bien podrían faltarle elementos, ante un contexto en el cual la AFI usó a otro país para espiar a una modelo relacionada a Nisman adquiere profunda validez investigativa. La suposición es que desde los servicios de inteligencia quisieron involucrar a la modelo en la muerte de Nisman en consonancia con la teoría -no sólo aceptada sino promovida públicamente- de un supuesto comando iraní-venezolano que había atentado contra el fiscal.

Cabe recordar que la Bicameral pidió información hace unos meses a las Cámaras Federales sobre las causas y "precausas" en las que estuvo involucrada la AFI entre 2016 y 2019. La información que la comisión recibió indica que hubo 24 precausas (que se inician ante la sospecha de un posible hecho delictivo) y alrededor de 75 causas. Elevado el porcentaje de "sospechas" durante el macrismo.

La precausa de Cocucci expondría el ejemplo de cómo la AFI inventaba excusas, ya sea disparatadas o incluso creando hechos y participaciones de países extranjeros, para escuchar personas que tenían algún interés para los servicios de inteligencia o la política oficial. Así podrían haber engañado a un número importante de jueces para conseguir las autorizaciones necesarias. En tal caso, piensan en la Bicameral que se podría estar ante un sistema de estafa procesal.