03.06.2021 / #3J

Ni una menos: el impacto de la pandemia en la brecha económica, la violencia y los femicidios en Argentina

Las cifras en las brechas económicas, violencia de género y cupos laborales son contundentes y el retroceso en términos de derechos de las mujeres y disidencias es de más de 10 años en la región. En tanto en Argentina, las últimas cifras de femicidios y travesticidios arrojan una muerte cada 38 horas en lo que va del 2021.

por Morena Marcos




La crisis generada por la pandemia del COVID-19 impactó negativamente en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral, de acuerdo con el Informe Especial Covid-19 realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El documento que se refiere a la autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad expresa que la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres en 69% (en 2019 alcanzaron un 52% y un 73,6%, respectivamente). Se calcula, además, que la tasa de desocupación de las mujeres llegó al 12% en 2020, porcentaje que se eleva al 22,2% si se asume la misma tasa de participación laboral de las mujeres de 2019. En 2020, explica el estudio, se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo.

Asimismo el organismo regional de las Naciones Unidas estima que alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas se encontrarían en situación de pobreza, 23 millones más que en 2019. Las mujeres de la región son parte crucial de la primera línea de respuesta a la pandemia. Un 73,2% de las personas empleadas en el sector de la salud son mujeres, quienes han tenido que enfrentar una serie de condiciones de trabajo extremas, como extensas jornadas laborales, que se suman al mayor riesgo al que se expone el personal de la salud de contagiarse del virus. Todo esto en un contexto regional en el que persiste la discriminación salarial: Los ingresos laborales de las mujeres que trabajan en el ámbito de la salud son un 23,7% inferiores a los de los hombres del mismo sector.

El estudio remarca que el trabajo doméstico remunerado, que se caracteriza por una alta precarización y por la imposibilidad de ser realizado de forma remota, ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis. En 2019, previo a la pandemia, alrededor de 13 millones de personas se dedicaban al trabajo doméstico remunerado (de los cuales el 91,5% eran mujeres). En total, este sector empleaba a un 11,1% de las mujeres ocupadas en la región. No obstante, en el segundo trimestre de 2020 los niveles de ocupación en el trabajo doméstico remunerado cayeron -24,7% en Brasil; -46,3% en Chile; -44,4% en Colombia; -45,5% en Costa Rica; -33,2% en México; y -15,5% en Paraguay.


VIOLENCIA DE GÉNERO Y FEMICIDIOS

Por otra parte en Argentina en particular las cifras no son menos alarmantes. Según un informe del Observatorio Mumalá “Mujeres, Disidencias, Derechos”, un 63% de las muertes violentas ocurridas en 2021 estuvieron ligadas a femicidios, femicidios vinculados y trans/travesticidios. De acuerdo al estudio, se cometieron 74 femicidios de un total de 121 muertes violentas, es decir, uno cada 39 horas. Además, 60 de ellos fueron directos, 2 vinculados de niñas/mujeres, 9 vinculados de niños/varones y 3 corresponden a trans/travesticidios.



Asimismo, en cuanto al lugar donde ocurrieron los crímenes, el 71% fueron en la vivienda de la víctima o compartida, 10% en la vía pública, 3% en el trabajo de la víctima y 2% en la vivienda del victimario.



Entre otros datos que se desprenden del informe el 24% de las víctimas había denunciado a su agresor, el 14% de los agresores tenía orden de restricción de contacto o perimetral. El 63% de los femicidios fue cometido por parejas o ex parejas, el 14% de los femicidas se suicidó, el 8% lo intentó, el 14% de los femicidios fue cometido por personas de las fuerzas de seguridad. Y en el 31% de los femicidios cometidos con armas de fuego, se utilizó un arma reglamentaria.


ACERCAR DERECHOS

En esta línea se destaca una iniciativa del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad: el programa Acercar Derechos, una herramienta contra la violencia machista. El objetivo es acompañar con una abordaje integral a víctimas de violencia de género. Para lograrlo el programa contará con 25 equipos interdisciplinarios -uno por cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- cuya función será brindar asistencia y respuestas integrales a mujeres y otras identidades que estén atravesando situaciones de violencia machista.

El objetivo del Gobierno es llegar a 80 equipos en todo el país. Los equipos estarán conformados por profesionales de la abogacía, la psicología y el trabajo social, y también “facilitadores interculturales” para cuando lo requieran personas de pueblos originarios. Puntualmente, desde el nuevo programa se brindará acompañamiento psicosocial a víctimas de violencia de género además de facilitarle el acceso a distintos programas y políticas del estado nacional y provincial.


UNIDXS Y ORGANIZADXS

Atentxs a la complejidad del contexto, sigue siendo un reclamo del movimiento feminista regional que los gobiernos transversalicen la perspectiva de género en todas las políticas de recuperación tras la pandemia. Se requieren acciones afirmativas en el ámbito de las políticas fiscales, laborales, productivas, económicas y sociales, que protejan los derechos de las mujeres alcanzados en la última década, que eviten retrocesos y que enfrenten las desigualdades de género en el corto, mediano y largo plazo.

Partiendo de la base de que se hayan jerarquizado las cuestiones de género a Ministerio implica un avance importante. No obstante, en Argentina, el movimiento Ni Una Menos exige la declaración de la emergencia nacional en violencias de género con el objetivo de reasignar y priorizar recursos humanos y económicos para la atención integral de mujeres e integrantes del colectivo LGTTNBIQ+.

Aún hay muchas demandas que faltan. Muchas de las cuales el macrismo hizo bandera, realizó promesas, y –por el contrario- con las políticas neoliberales ayudó a profundizar. Muchas problemáticas que incluso con la pandemia se intensificaron. Las mujeres encerradas y separadas pierden fuerza en la lucha por el acceso a sus derechos y entender de lo que fue capaz el movimiento de mujeres es entender de lo que es capaz hoy para incidir en la política. Que el distanciamiento físico no se convierta en distanciamiento social. Vivas nos queremos.