
Con el incremento de casos que se produjo durante mayo, se reavivó el interés de la población por acceder a la cuarta dosis para prevenir la infección, el cuadro grave y el eventual fallecimiento por covid. Empero, en los últimos días esa alarma se aplacó y la cobertura alcanzada “no es suficiente”.
Según el Ministerio de Salud, el 90 por ciento de la población recibió la primera dosis, el 82 por ciento la segunda y 56 por ciento el refuerzo. No obstante, vale destacar que las aplicaciones de terceras y cuartas dosis no están claramente discriminadas en el Monitor de Vacunación que reúne los datos al respecto. “El problema es que en la estadística no se diferencia cuál es primer refuerzo y cuál es el segundo refuerzo. De esta manera se vuelve muy difícil saber cuántas cuartas dosis hay colocadas en cada rubro”, comenta el contador y senador provincial Martín Barrionuevo.
LA CUARTA
Días atrás, el titular del ministerio de Salud porteño, Fernán Quirós, planteó que “es muy probable" que la cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus "sea la última” de 2022. Sin embargo, según los expertos, se trata de una situación muy difícil de proyectar, en la medida en que el escenario epidemiológico de cada territorio es el que culmina determinando qué protección colectiva se requiere. La propagación del virus define la dinámica de la pandemia: un hecho social del que participan múltiples variables.
A pesar de las incertidumbres, hay una certeza: de aquí en más, la covid perdurará como un virus respiratorio más y pasará a conformar el elenco estable junto a otros como la gripe y el sincicial. Bajo esta premisa, las lecciones que deja la pandemia, de esta manera, pueden ser útiles para evitar en el futuro el contagio por cualquier patógeno. La distancia, la higiene de manos, la ventilación y el uso del barbijo se establecen como máximas. Y las máximas hay que cumplirlas.
RECOMENDACIONES Y MATICES
En abril, el Consejo Federal de Salud (del que participan las autoridades sanitarias de las 24 jurisdicciones) había acordado una cuarta inyección (segundo refuerzo) como acción de prevención frente a la llegada de las bajas temperaturas, la falta de ventilación y el posible incremento de los casos. En efecto, a partir del 14 de ese mes, se comenzó a aplicar en todo el país el segundo refuerzo para grupos priorizados (personal de salud, mayores de 50 años y menores inmunocomprometidos), según el esquema determinado por cada provincia. Luego se continuaría con la inmunización del personal estratégico y los individuos de 18 a 49 con factores de riesgo; mientras que en último turno le tocaría a todas las personas mayores de 18 años. Por su parte, los menores con el esquema primario completo y que tienen más de 12 años, tienen indicado un primer refuerzo de vacuna de ARN (Pfizer o Moderna).
Esta decisión se tomó por razones similares a ocasiones pasadas: según la evidencia científica recopilada hasta el momento, una cuarta dosis no exhibe problemas de seguridad, prolonga la respuesta inmune y, por consiguiente, disminuye la internación y los fallecimientos por la covid. Más aún si se tiene en cuenta la presencia de variantes cada vez más contagiosas.
Más allá de las directrices a nivel nacional, hay matices entre las diferentes jurisdicciones: mientras que la provincia de Buenos Aires anunció que todas las personas mayores de 18 años podrían acceder al cuarto pinchazo sin turno, siempre y cuando se hubieran cumplido los 120 días de rigor tras el primer refuerzo; en CABA, por ejemplo, se inyectan el brazo por cuarta vez los mayores de 50 años, las personas inmunocomprometidas y los trabajadores de salud, educación y seguridad, siempre con turno previo, comunicado vía mail, WhatsApp y SMS.
Desde la cartera sanitaria nacional, recomiendan acceder al segundo refuerzo tras 120 días de recibir el tercero, y también instan a aguardar 90 días, en caso de haber tenido coronavirus, en la medida en que la enfermedad despierta las defensas y ello confiere protección de manera natural. Asimismo, desde Salud plantean que no existe ningún inconveniente en coadministrar la vacuna contra la covid y la gripe, por lo que no se requiere aguardar ningún intervalo entre la recepción de una y otra fórmula.
CUARTA OLA
Así las cosas, si bien la vacunación redujo de manera notable el impacto negativo de este virus, a partir de las recomendaciones oficiales hay que tener en cuenta el peligro inminente que implicaría bajar la guardia: con los pocos cuidados que hay cada nueva ola podría infectar proporciones cada vez más grandes. Asimismo, será clave, de exhibir eficacia en el futuro, la distribución de nuevas vacunas que confieran un mayor grado de protección para prevenir la infección y los casos graves de las nuevas variantes que emergen. Quizás, la Arvac “Cecilia Grierson” (diseñada por la Universidad Nacional de San Martín), o bien, otras de las opciones que se elaboran en el país puedan ser claves para las próximas etapas de la pandemia.