En el marco del intento del Tesoro por renovar vencimientos por unos $520.000 millones y de la disparada del riesgo país,
el ministro de Economía, Martín Guzman, se reunirá esta semana con representantes de los principales bancos del país para transmitirles tranquilidad sobre los bonos de la deuda.
Gúzman recibirá mañana a los titulares de la
Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) y el jueves será el turno de la
Asociación de Bancos extranjeros (ABA). Las reuniones se programaron la semana pasada con el objetivo de intentar calmar a los mercados, tras el hundimiento de bonos en pesos, la suba del Riesgo País a 2.200 puntos básicos y el alza del dólar de más de 10 por ciento en 10 días.
Desde el Ministerio de Economía sostuvieron que la reunión con los bancos es algo habitual porque el diálogo es permanente, pero la importancia de estos encuentros radica en que
los mercados comienzan a desconfiar de la sostenibilidad de la deuda.
Guzmán buscará aclarar las dudas de los banqueros y terminar de definir los pasos a seguir para ordenar la convulsión del pasado 8 de junio,
cuando los bonos CER cayeron 12 por ciento ante las ventas ordenadas del Banco Nación.
Desde la cartera consideran que hubo un comportamiento "disociado" de los precios de los activos en pesos, lo que requirió una serie de medidas de "estabilización", encabezadas por las compras del Banco Central.
"La idea de que hay un problema de sostenibilidad de la deuda pública en pesos es de una debilidad conceptual que alarma y que no encontraría eco en sectores serios de lo que es el análisis científico, académico.
La deuda en pesos tiene un perfil de absoluta sostenibilidad”, manifestó el ministro durante una entrevista para el diario La Capital, y agregó "quien diga que en Argentina la deuda pública en pesos es insostenible no tiene idea de lo que está hablando y no pasaría un examen básico en la Facultad".
Además de la compra de bonos del Tesoro, la suba de tasas y la aceleración del dólar por parte del Banco Central, el ministro de Economía estableció la quita de subsidios a la energía y un presupuesto con un crecimiento del gasto del 51 por ciento por debajo del nivel de la inflación proyectada, de hasta 62 por ciento. Una reacción exigida por el FMI, pero que en el mercado fue vista como tardía.
El 28 de junio próximo, Economía deberá renovar un vencimiento de $ 522.000 millones, luego de cubrir la semana pasada uno de $11.000 millones.
