Mauricio Macri ya avisó que, finalizado su proceso de acumulación de poder al interior del PRO pero también de Juntos por el Cambio, decidirá y hará público si irá por "el segundo tiempo" en la Casa Rosada en marzo del año próximo. Pero ese 2023 no será decisivo para sus aspiraciones políticas y personales solamente a nivel nacional, ya que también tiene una parada que le interesa de sobremanera en Boca Juniors, de donde fue expulsado por
Juan Román Riquelme en 2019 (como de la Presidencia).
Con ese proceso,
hoy se oficializó que Andrés Ibarra, su otrora ministro de Modernización - en los hechos, hombre encargado de "modernizar" el Estado para ejecutar los despidos masivos de trabajadores que hubo entre 2016 y 2019 - pero también integrante pura cepa de las empresas de los Macri desde tiempos de la dictadura militar, será candidato a presidente de Boca con apoyo del líder PRO para enfrentar al ídolo xeneize que actualmente es vice de la institución.
EL CAMINO
Para mala noticia de Ibarra, aunque superada finalmente, él no fue la primera idea de Macri.
El ex presidente quería a Carlos Tevez como aspirante a conducir la política de Boca o, al menos, a secundarla, pero ese proyecto se vio frustrado cuando el "Apache" decidió dedicarse a ser DT de Rosario Central. "Avispado", tal vez, de que pese a que Mauricio es su amigo, pegarse a él y enfrentarse a la conducción de Riquelme podría dejarlo mal parado, algo que ya le sucedió en el club en el pasado cuando lo abandonó para ir a jugar unos meses a China en su mejor momento.
Sin embargo, el otro actor que podría determinar los pasos a seguir es
Daniel Angelici, el sucesor de Macri en Boca. Sin embargo, el dirigente PRO no le dejará elegir al "Tano", que en 2019 impuso al derrotado
Cristian Gribaudo, aunque sí forma parte de las conversaciones.
QUIÉN ES IBARRA
Andrés no es pariente de Hugo, el actual entrenador del Xeneize y ex lateral derecho del equipo de Carlos Bianchi.
El Ibarra que está con Macri entró como pasante a Socma, la empresa de Franco, en 1978, cuando la "famiglia" tenía negocios que requerían del intercambio de favores con la dictadura.
Desde allí que no se separó de los Macri. Fue profesor de Gianfranco y casi mano derecha de Franco. Llegó a ser uno de los gerentes de la compañía familiar, pero cuando empezaron las disputas entre Mauricio y su padre, decidió acompañar a este último, cercano generacionalmente, en su aventura en el fútbol.
En la institución xeneize fue gerente general en la gestión de Macri, con quien escribió el libro “Pasión y Gestión, claves del ciclo Macri en Boca”. Durante la primera administración de Angelici, estuvo a cargo de la Oficina de Marketing. También acompañó al líder PRO en su paso por la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, todo un camino pura cepa.
Ibarra fue también funcionario de Macri presidente durante todo su mandato. Fue ministro de Modernización, desde donde fue el hombre a cargo de "modernizar" el Estado como argumento para ejecutar un ajuste con despidos masivos de trabajadores mientras ingresaban jerárquicos a mansalva, o sea esos cargos políticos que hoy piden achicar.
Luego, cuando Macri se peleó con
Mario Quintana, lo reemplazó y se convirtió en vicejefe de Gabinete. Allí estuvo más cerca de Mauricio en su última, y peor, parte de la gestión. Siempre fue fanático hincha de Boca, además de jugar regularmente al fútbol.
De hecho, como se supo estos días,
era parte del staff fijo de los que jugaban a ese deporte en la Quinta de Olivos y también en Los Abrojos, donde se cruzaba seguramente con el fiscal Diego Luciani y el juez Rodrigo Giménez Uriburu.
En su paso por Boca, adonde ahora quiere volver pero más arriba, las fuentes más conocedoras lo sindican como responsable de la contratación de
Jorge Palacios como Jefe de Seguridad del club, de quien varios ex Boca aseguran que era cercano a Ibarra. El "Fino" era un policía de carrera, que fue jefe de la Metropolitana de Macri a partir del 2009 y quedó vinculado como el armador en la causa de las escuchas ilegales, en la cual continúa procesado, acompañado por su segundo, el espía
Ciro James, quien a su vez estaba contratado en el Ministerio de Educación que encabezaba
Mariano Narodowsky.
No quedó bien la imagen que Narodwsky construyó de Ibarra, a quien le achacan haber sido el nexo con el "Fino" y el ex espía.
Esteban Bullrich también lo padeció cuando reemplazó a Narodowsky, por su cualidad de ser "un tipo que es 100% de Macri".
En su paso por la gestión de CABA, Ibarra hizo lo que antes en SOCMA y luego en Nación: primero secretario de Recursos Humanos y, a partir de 2011, elevarle el rango a Ministerio de Modernización, lugar de la digitación de los recortes y despidos de personal. “El ministro que ajusta ministros”, lo apodaron funcionarios que lo padecieron.
QUÉ DICE DE SU CANDIDATURA PARA BOCA DE LA MANO DE MACRI
Ibarra ya está en modo campaña desde hace meses, pero este martes se lo blanqueó a Clarín, pese a que falta más de un año para las elecciones en Boca, que otra vez coincidirán con las nacionales a fines de 2023.
“Impulsado por Mauricio, me decidí a lanzar mi precandidatura, porque quiero volver a recuperar lo que era la identidad de Boca como club de primera jerarquía internacional, basado en una gestión profesional, ordenada, con roles en cada area y que eso se traslade al éxito deportivo”, afirmó Ibarra en diálogo exclusivo con el multimedios de Héctor Magnetto.
Coincide con Macri, también, en colocarse como la antítesis de Riquelme, pese a que sabe que será difícil destronar a la actual gestión, que el ex enganche de la Selección comparte con
Jorge Amor Ameal. El líder PRO, de hecho, compara a Román con
Cristina Kirchner y a
Alberto Fernández con el actual presidente xeneize, en analogía con quién ocupa la primera magistratura y quién tiene los votos. El vicepresidente de Boca no se queda atrás, y recuerda que Macri sólo quiso y quiere meter a la política en club para hacer negocios personales.
“La gestión de Riquelme nos está llevando a una situación de riesgo. Hay mucha autocracia con una persona que maneja todo el club. Ningún dirigente o ídolo futbolístico puede estar por encima del club", le expresó Ibarra al mismo medio, mimetizado con su jefe político.
Según Ibarra, la gestión de Macri fue "la gestión histórica más gloriosa, de mayor prestigio internacional y con mejores resultados que tuvo Boca en toda su historia, con la mayor fortaleza económica para sostener todo eso" y,
curiosamente, opina que la de Angelici, luego del líder PRO, significó que "se fortaleció eso" con "un gran trabajo de infraestructura y de juveniles".
"Lamentablemente se ganaron cuatro torneos, pero no la Libertadores. Y eso fue un factor importante para perder las elecciones", dijo Ibarra, mientras critica el trabajo actual de Riquelme. Raro, porque con el Diez se ganó la misma cantidad de torneos en menos tiempo, se potenció el valor y la inclusión de los juveniles en primera, y, fundamental, se consiguió retomar el camino de la paternidad contra River.
El macrismo le dijo a Clarín que es cierto que Ibarra cuenta con su apoyo.
"Mauricio me expresó su confianza en mi candidatura, su apoyo. Y yo agrego mi convicción, mi compromiso y mis ganas. Así nació este proyecto, que hoy ya empieza a sumar mucho apoyo de distintos dirigentes, agrupaciones, la gente del club”, planteó el ex ministro porteño y nacional.
Ibarra promete dinero e inversiones, fiel a la lógica de macrismo, habla de "recuperar la mística" y "ampliar el estadio". No obstante esas "ideas" de gestión, de lo que más se está ocupando es del lobby político. Empezó a hacer reuniones con agrupaciones opositoras a la gestión actual, e incluyó encuentros con quienes se referencian en Angelici, que juega del mismo lado pero por otra línea. También, hace saber, quiere incluir al exvicepresidente Mario Pergolini.
Entre los exjugadores que tiene en carpeta para poner a su alrededor, figuran Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto, Rolando Schiavi, Battaglia - tras su traumática salida del entorno de Riquelme - y, por supuesto, Tevez.