Un reciente informe de Energía Argentina (Enarsa) reveló los logros alcanzados por el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), una obra emblemática impulsada por el Ministro de Economía, Sergio Massa. Desde su puesta en marcha, este proyecto ha generado un ahorro significativo de US$ 421 millones en importaciones de energía para Argentina. Este importante hito se ha logrado gracias a la inyección de grandes volúmenes de gas, que han reemplazado un promedio diario de compras de energía por un valor de US$ 12 millones.
El presidente de Enarsa, Agustín Gerez, destacó la trascendencia de este logro en la balanza energética del país, subrayando que "este proyecto es una realidad que trae consigo un impacto extraordinario en nuestra economía, con un ahorro que ya supera los 420 millones de dólares y la capacidad de sustituir diariamente más de 12 millones de dólares en importaciones de energía". Estas palabras reflejan la visión estratégica de este proyecto, que tiene como objetivo llevar a Argentina hacia la soberanía energética mediante inversiones públicas en infraestructura clave.
Enarsa proporcionó detalles impresionantes sobre el GPNK, que conecta Tratayén en Neuquén con Salliqueló en Buenos Aires. Hasta la fecha, este gasoducto ha aportado un total de 482 millones de metros cúbicos de gas adicional de Vaca Muerta, una cantidad significativa que en algunos días ha alcanzado la asombrosa cifra de 14 millones de metros cúbicos de gas, superando las expectativas iniciales.
Este primer tramo del GPNK entre Tratayén y Salliqueló es una obra fundamental e histórica planificada y ejecutada por Enarsa. Su impacto en la producción de Vaca Muerta, la segunda reserva de gas no convencional más grande del mundo, ha sido esencial. Además, ha permitido ampliar la capacidad de transporte de gas y llevarlo a los centros de consumo, lo que beneficiará a la población de múltiples provincias, incluyendo Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires.
No menos impresionante es el hecho de que esta obra monumental, con una extensión de 573 kilómetros, se haya construido en un tiempo récord de tan solo 10 meses, cuando lo habitual para proyectos de esta envergadura es una duración de 24 meses. Esto resalta la eficiencia y el compromiso de Argentina en alcanzar su objetivo de soberanía energética.