Aunque parezca distópico, insólito o simplemente increíble,
la defensa del gobierno de Javier Milei para justificar por qué no controló en Aduana al menos 10 valijas de un vuelo privado proveniente de EEUU en un avión que pertenece a un polémico empresario vinculado a la relación entre la gestión libertaria y el trumpismo es que revisar lo que entra al país es "una facultad selectiva" y que no "se escanea el 100%" del equipaje.
Lo hizo el titular de ARCA, Juan Pazo, quien habló como voz del Gobierno por primera vez de la llegada de un vuelo desde Miami con los al menos 10 bultos de equipaje sin control. Por supuesto, defendió el accionar del equipo aduanero pero lo hizo a partir de argumentos insólitos.
Sucede luego de que se filtraron las imágenes que, según los fiscales, acreditan la falta de inspecciones. Según Pazo, el escaneo de maletas es "una facultad selectiva del personal de Aduana” y que, como el avión había partido de Estados Unidos, ya había cumplido “con todos los procedimientos de seguridad del país para abordar”.
“[Tras conocerse la noticia] se impulsó una denuncia penal que recayó en el juzgado N°2 de Pablo Yadarola, con lo cual, la lógica indica que si hubiésemos querido ocultar algo lo último que hubiésemos hecho es iniciar este procedimiento nosotros mismos", indicó este martes el funcionario y sumó: “Cuando hicimos este sumario, la Aduana no detectó ninguna irregularidad y la Justicia continuó investigando. Ahora es tiempo de darle al juzgado de Pablo Yadarola la posibilidad de seguir adelante con la investigación”.
Entrevistado por A24, el funcionario dijo que “no se escanea el 100% de las valijas y del equipaje que viene a la República Argentina”, por lo que no habría ninguna irregularidad ante la falta de control en esta situación. “Es increíble que nos estén acusando por esto con la cantidad de reformas que hicimos para flexibilizar los procesos aduaneros”, planteó.
Pero los argumentos del Gobierno carecen de sentido. En primer lugar, porque el resto de los pasajeros que arribaron al aeropuerto sí tuvieron que pasar por los controles aduaneros correspondientes, incluso otros llegados desde EEUU. En segundo lugar, porque de los al menos 10 bultos de equipaje que ingresaron a la Argentina en el avión, sólo cinco fueron declarados y, encima, no fueron controlados ni siquiera esos. Todo esto figura en el dictamen de 47 páginas de la investigación.
Pero lo peor de todo, dado las sospechas políticas que se producen, es que los bultos en cuestión venían en la aeronave propiedad de Leonardo Scatturice -ex espía, personaje con un prontuario oscuro, accionista de Flybondi y uno de los nexos entre el Gobierno y el círculo cercano al presidente Donald Trump- que llegó a Aeroparque el 26 de febrero y en donde también iba su empleada, Laura Belén Arrieta.
“No es obligatorio escanear los equipajes de todos los pasajeros que ingresan; la normativa expresa claramente que es una facultad selectiva del personal de Aduana”, ratificó Pazo y continuó con la explicación: “Una cosa es que venga un avión de Venezuela, Nigeria o de algún país que no es de alta vigilancia, y otra es que venga de Estados Unidos. Cuando un avión viene de EE.UU., el equipaje cumplió con todos los procedimientos de seguridad del país para abordar”.
A su vez, indicó que en el caso de los aviones privados -como es el del empresario radicado en Miami- hay un procedimiento “superior al de un vuelo de línea”. “Me llama poderosamente la atención la entidad y la magnitud que le dieron a este caso, sobre todo teniendo en cuenta que quien inició la información sumaria y el procedimiento en el juzgado fue la Dirección General de Aduana a instancias del director general”, insistió.
En esta misma línea, detalló que la Aduana no tiene acceso a las cámaras de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y que, por lo tanto, la información que tenían provenía únicamente del testimonio de personal de piso: “Indicaron que la persona había llegado como pasajera y después que ese avión tenia piloto, copiloto y tripulación. Había por lo menos cinco personas en ese vuelo que llegaron y bajaron equipaje en la Argentina”.
“No hay ninguna razón para suponer que una ciudadana que aterriza en la Argentina y que trae una valija en un avión que fue revisado previamente por un país de alta vigilancia como Estados Unidos es culpable de algo. Es como con los impuestos: rige el principio de inocencia, tenemos que acostumbrarnos”, cerró.
Semanas atrás, cuando el periodista Carlos Pagni reveló el caso, el vocero Manuel Adorni tildó el hecho como “imposible” e incluso afirmó que Arrieta, la empleada de Scatturice y única pasajera del avión privado, había llegado solo con un carry on y una mochila. Mintió abiertamente.
Según detalló la Aduana, el avión en cuestión quedó en situación de tránsito en un hangar del aeropuerto hasta el día 5 de marzo, cuando partió con destino final a París, “en donde también se efectuaron los trámites de rutina sin que se registraran novedades”.
Scatturice y Arrieta fueron organizadores de la conferencia conservadora CPAC en Buenos Aires, de la que participó el mismo Javier Milei y a través de la cual el Presidente pudo acceder al primer mandatario estadounidense.