La Unión Cívica Radical de Córdoba atraviesa una semana definitoria. El oficialismo partidario que encabeza Ferrer convocó para este martes al Congreso provincial con la intención de suspender la interna y así habilitar un entendimiento con La Libertad Avanza. La movida crispa a la línea Más Radicalismo, donde Ramón Mestre encarna la resistencia y exige que la base elija las candidaturas legislativas para octubre.
El calendario aprieta: esta medianoche vence el plazo para inscribir las alianzas que competirán en la interna y el viernes 18 se cierran las listas. Sin acuerdo, el 3 de agosto radicales y libertarios medirían fuerzas en las urnas, pero Ferrer apuesta a evitar ese gasto político y económico. Su espacio, Generación X, se alinea con Rodrigo de Loredo, quien votó los proyectos del Gobierno nacional y empuja el pacto con Milei.
Desde el mestrismo alertan que la suspensión de la interna sería “una locura” e “insumiría recursos que deberían destinarse a octubre”. En la pulseada, intendentes del interior y jefes seccionales presionan para blindar a la UCR de un giro libertario. Mestre sostiene que la conducción incurre en “irresponsabilidad” y reclama respetar la decisión judicial que habilitó la contienda interna.
“Ferrer le baja el precio al partido, claramente actúa como un delegado de un espacio interno. No es un quiosco, este es un partido de la democracia”, disparó Mestre, decidido a enfrentar la estrategia que, según él, subordina el histórico sello radical a la agenda de Milei. Mientras tanto, en los pasillos del Comité Provincia crece la tensión: o se vota el 3 de agosto o la UCR cordobesa queda a merced de un pacto que resquebraja su identidad y allana el camino a la ultraderecha.